viernes, 7 de junio de 2013

¿QUE TAN IGUALES? ¿QUÉ TAN DIFERENTES?




REFLEXIONES SOBRE LA IGUALDAD DE DERECHOS ENTRE HOMBRES Y MUJERES




Exposición realizada al comienzo de los años 50 de mi hermano Mario Gärtner Tobón sobre los derechos de la mujer. Lease en contexto teniendo en cuenta que fue solo a partir del año 1957 que se le reconocieron los derechos políticos a las mujeres colombianas. Pensar en ese entonces en la igualdad de derechos era tan subversivo que es hoy todavía hablar de igualdad de derechos sin distinción de la opción y condición sexual. La exposición es evidente del texto mismo la hizo ante un grupo de miembros del Club de Leones. 



Subrayo este párrafo:


"El hombre, como hijo mayor de la primera sociedad, de la primera familia, ha hecho de la mujer, aprovechando que su mundo es el amor y olvidando o anulando sus capacidades, el instrumento sumiso para ejercer su vanidad y su orgullo. Pero la compañera y la madre han tenido oportunidad para demostrar su capacidad racional en virtud de su mismo epicentro indestructible que es el amor. Por incapacidad del hombre, manos maternales han tomado el cetro, cabezas maternales han llevado con grandeza la corona, su responsabilidad y su martirio, circunvoluciones de auténtica mujer han hecho epopeyas, han guiado o puesto mojones en las más variadas manifestaciones de la ciencia y el arte, han llevado a realizaciones felices tareas de gobierno, gobernar un pueblo es manejar un hogar grande y nadie como la madre satisface ese oficio. Manos de mujer han hecho germinar semillas en los campos y recogido sus cosechas; manos y cabezas de mujer han sido el lazarillo y mentor de padres, hijos y esposos degenerados y maltrechos; mil veces han realizado en la ciudad y en las laderas milagro semejante al de los panes y los peces."


Muestra del texto original en tres folios:



















Transcripción: 


 Respetados compañeros:

En pasada sesión nuestro compañero don Martín Restrepo Márquez nos ofreció un amenísimo rato de exposición pausada y culta, improvisada al estilo propio y singular de quienes tienen a flor de labios el  precioso don de la palabra y nos brindo con inteligencia y señorío sus luces invaluables sobre un tema de perpetua actualidad como el que hace relación a la cultura de la mujer y sus proyecciones dentro de la esfera familiar, y social.


No es mi ánimo, porque sería contradecir y  maltratar mi temperamento modesto de profundo desamor a la controversia y la polémica, discutir o poner en tela de desacuerdo profano, cuanto él dijo aquí en noble ademán de caballero sin tacha, de experto en la difícil e intrincada psicología de las masas jóvenes y como fruto y producto de una experiencia y directa asimilación que desconoce la gran mayoría de nosotros. Es ésta una simple charla de leones, que equivale a decir amigos, y a la cual vengo a entrar llevado de la mano por la curiosidad y el grande afecto que despiertan en mí temas cómo este de ecuménica, polifacética, movida e interesante interpretación por las distintas maneras de ser y de sentir.

Cuenta la divina historia que el supremo Hacedor creó de barró la primera criatura racional y que de la tierra credosa surgió el primer hombre. De esa misma tierra, transformada en carne y en espíritu surgió la primera mujer y se encomendó a ella el destino de compañera y de madre.

Notoria diferencia en la arquitectura del hombre y la mujer; él de músculos fuertes y de huesos resistentes y macizos, en ellas los músculos hechos para la caricia y los huesos delgados y elásticos en sus ensambles pélvicos; él de amplio tórax y de respiración abdominal, ' ella de tórax estrecho que se levanta en la curva maternal de los senos como en acción de coqueteo y vuelo el pecho de las palomas; él de caderas estrechas y ella anchas como es amplio y grandioso el poema de la gestación. El de estatura avanzada y ella de menor estatura. Y mirados mas adentro: todo más o  menos igual, solo guardando el equilibrio de la talla que, como divina creación debería ser y es perfecta. Todo más o menos igual, a excepción de un grande y noble aparato: el aparato genital, el que, para efectos de su adecuado y normal funcionamiento  cambia en la mujer, con relación al hombre el aspecto material y rechaza, agranda, disminuye , cambia de posición y crea en el interior, algunas especiales características anatómicas y fisiológicas. Nada tiene de anárquico o de bolchevique  éste aparato  que, al parecer todo lo transtorna en el organismo femenino. Su finalidad majestuosa y solemne perdona todos los caprichos y la grandeza de su función justifica todos los medios.

Mirando hasta aquí, salta a nuestra mente de varones, de primus movens, que la mujer solo fue hecha para la procreación y que eso y no otro debe sor su destino, su radical y su justificación existencial. Pero fue también creada para compañera del hombre. Cuando decimos compañero estamos señalando a quien se une a nosotros en la persecución o logro de una misma virtud o de un mismo defecto.

El hombre, como hijo mayor de la primera sociedad, de la primera familia, ha hecho de la mujer, aprovechando que su mundo es el amor y olvidando o anulando sus capacidades, el instrumento sumiso para ejercer su vanidad y su orgullo. Pero la compañera y la madre han tenido oportunidad para demostrar su capacidad racional en virtud de su mismo epicentro indestructible que es el amor. Por incapacidad del hombre, manos maternales han tomado el cetro, cabezas maternales han llevado con grandeza la corona, su responsabilidad y su martirio, circunvoluciones de  auténtica mujer han hecho epopeyas, han guiado o puesto mojones en las más variadas manifestaciones de la ciencia y el arte, han llevado a realizaciones felices tareas de gobierno, gobernar un pueblo es manejar un hogar grande y nadie como la madre satisface ese oficio. Manos de mujer han hecho germinar semillas en los campos y recogido sus cosechas; manos y cabezas de mujer han sido el lazarillo y  mentor de  padres, hijos y esposos degenerados y maltrechos; mil veces han realizado en la ciudad y en las laderas milagro semejante al de los panes y los peces.

La inferioridad de la mujer con respecto al hombre en terrenos cono la filosofía y las matemáticas no es, a mi manera de ver, una falta de  capacidad sino una falta de adiestramiento. Son grandes disciplinas que el hombre ha venido trabajando en forma de especialización solitaria desde su iniciación en la tierra y que por eso tiene en ellas el derecho de la antigüedad y el privilegio del conocimiento y el dominio. Tampoco ha cabido en ellas la mujer porque exigen la consagración de todas las fuerzas vitales y ella nunca dejará  de ser madre o compañera; no dedicará la vida a una sola disciplina metafísica porque allí perecería su función primordial y allí terminaría también el mundo.

Pienso que ésta inquietante intromisión de la mujer en las actividades que el hombre ha reservado para sí no es el fruto de una odiosa o improvisada usurpación que haga ella en los terrenos del hombre. El mero instinto de conservación ha instado a la mujer para buscar el abrigo y el pan fuera de la casa y si a esto se ha visto obligada quien tiene la responsabilidad y la culpa es el hombre porque ha cedido su terreno y en vez de superarse se ha vuelto inferior todos los días. La mujer, culta o ignorante, volverá al hogar cuando el hombre demuestre con hechos y sin sofismas la superioridad de que alardea, su mágico cerebro;(entre otras cosas, no sé de algún sabio, anatomista, fisiólogo o histólogo que en cerebros, privados de la parte genital de la llamada glándula hipófisis, pueda hacer distinción de sexos, y se sabe con certeza que no es en esa parte de la glándula en donde residen los delicados mecanismos  de la inteligencia, cuya exclusividad cree tener el hombre).

No podemos atemorizarnos porque la ignorante madre y compañera del ayer se torne en la culta madre y compañera del mañana. ¿Podrán estar descontentos  quienes cuentan con esposa, madre, hermana o hija, quien a fuer de la ternura con que inunda el hogar, sabe leer y escribir?. Os sentirías defraudados y tristes si a mas de eso pudiera escribir un verso, diseñar el plano de un edificio, alivia" ó curar a quien sufre, dirigir una colectividad hacia el bien común, enseñar un idioma distinto a vuestros hijos o a los hijos del prójimo?. Preferís, acaso, la dulce mujer ignorante que discurre en la vida "leyendo folletines o tomando café con leche y dulce de papaya”?. Queréis destinarla solamente al sublime sacrificio de parir, al cambio de pañales, administración de biberones, surcido de las medias y fabricación de pandebonos?. Os disgustaría si una hija vuestra, terminados los años escolares, os dijera que se ansia de saber no está colmada y que quiere estudiar mientras la edad y la vida define su destino de soltera o de casada?. Morirías de ira si vuestra hija o esposa tomara las riendas del hogar por calamidad o desastre de vosotros?; Preferirías acaso, el auxilio de la Sociedad de San Vicente y de la Casa del Pobre para un techo o un mendrugo de pan?.

Cierto es que millares de mujeres nos exhiben el más crudo y desolador de los esfuerzos. Cuántas víctimas del amor y del sexo que en ellas todo lo colma, desatienden por la monstruosa circunstancia de un holgazán el justo cuidado de los hijos. Pero es aquí cuando su función maternal es mas cabal y perfecta porque es mejor el relativo descuido al descuido absoluto. Ante un esposo amoral, ausente o incumplido, quizás eso es mejor a salir con la “nidada” clamando una limosna en las calles y los templos o el recurso sombrío y lastimoso de la venta carnal.

Y cuántas niñas han sufrido el deshonor y el descredito por su mezcla en las actividades de los hombres. La entrega formal, la seducción, la falsa y maliciosa promesa de matrimonio, la violación, platos estos que nos sirve en bandeja todos los días el corrillo y la prensa.

¿Pero tienen de esto culpa las mujeres?. Apoyados en la cara de la moneda ¿podríamos olvidar su sello brillante, y con tranquila consciencia impedir su cultivo espiritual en escuelas, colegios, universidades y la aplicación de su cultura en el trabajo?. Cada uno de vosotros dirá, si quiere, su opinión y su concepto. Yo creo que la gruesa raíz de éstos males está en el jefe del hogar.

El padre enérgico, el padre que marca el diapasón con su espíritu y su ejemplo es fruto raro en el mundo de hoy. Estamos viviendo la época dolorosa de los jefes flexibles y “blandengues” que exiben como disculpa a la disolución del hogar un amor inconmensurable hacia los hijos.  Confunden el disimulo con la severidad, reemplazan el justo castigo por el perdón incondicional y el silencio, prefieren el desconocimiento consciente a la investigación Cherlo Holmesca que debe ejercer todo padre en el hogar. Triunfa entonces en el alero familiar la persona mejor dotada para el amor, para la comprensión, para la colaboración, el compañerismo y la ayuda. Triunfa quien oye al padre o la madre con menor necesidad de castigo,  de señor duro o reprensión severa. La niña continua asistiendo a la escuela cuando el niño se fuga de ella; la niña aprende los oficios del hogar y ayuda a la madre, mientras el niño ensaya el cigarrillo y la bebeta, rápidamente abandona el hogar y la escuela para buscar la amistad perniciosa, el cine corruptor y el prostíbulo. He visto centenares de estos “hombrecitos” del mañana abordándola puerta casera, en desintegración física y moral tremendas mientras la hermana la abandona para salir al trabajo porque en ésta era del zanganismo el macho manda pero no labora en el panal.  Yo he tenido en mi consultorio, y muchas veces, la vergüenza de recibir de manos de una mujer honorarios por el tratamiento de una venérea a su esposo, hijo o hermano.

Si el hombre le está entregando el mundo a las mujeres el remedio está en manos del hombre. Con esfuerzos iguales, la mujer perderá siempre la batalla del sueldo y la publicidad porque su mundo natural e instintivo es el hogar como el es el capullo de la crisálida y el aire de la mariposa.








Sobre la vida de Mario unas interesantes anotaciones de Alfredo Cardona Tobón:


http://historiayregion.blogspot.com/2012/02/uno-contra-todos.html





Santa Rosa de Cabal, junio 7 de 2013