sábado, 22 de noviembre de 2008

EL MAS ACA Y EL MAS ALLA DE LAS PIRAMIDES

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UNA LECTURA




PARA ELABORAR EL DUELO EN UNA MUY POCO FELIZ NAVIDAD,






CUANDO LA ESPECULACIÓN Y NO EL TRABAJO …


Una aproximación a la respuesta al por o qué hace que tantos colombianos se decidan a romper el viejo y sabio principio de la viejita aquella que exclamó EHHHH DE ESO TAN BUENO NO DAN TANTO!!!.


La motivación para esta nueva entrada a la bitácora vino de la lectura de un discurso de la presidenta argentina encontrado en la dirección de la CASA ROSADA.


Llegué allí una vez iniciada la navegación con miras a llegar a puertos en los cuales fuera posible encontrar aclaraciones sobre conceptos y percepciones acerca de la conocida frase EL DINERO PARE DINERO y que de alguna manera se hace pertinente en este juego de las llamadas pirámides. Pasé así por el concepto de ECONOMIAS DE CASINO y ahí fue donde saltó o apareció el escrito de Fernández de Kirchner del cual reproduzco lo siguiente:


"En definitiva, podemos observar muy claramente que los períodos de interrupción democrática, como también los períodos donde se adoptan políticas donde la especulación y no el trabajo, donde la transferencia de recursos y no la producción, son los ejes del modelo de acumulación, comienza a tener una muy baja intensidad el diálogo social.

Y creo que el momento más culminante de esto se produce precisamente a partir de la década de los ´90. Se puede observar muy claramente en cuanto a modelo económico que comienza un período de diálogo social de baja intensidad y el fenómeno que es característica, y recién Guy mencionaba, de la globalización, que es la precarización y la flexibilización laboral. Por lo menos en América Latina, por lo menos en mi país el Fondo Monetario Internacional planteaba que la manera de generar riqueza y ocupación era precarizar y flexibilizar a los trabajadores, que de esta manera los empresarios iban a invertir más, porque colocaban menos dinero en la cuestión salarial, que se iba a aplicar la teoría del derrame, que entonces el mercado con la prescindencia total del Estado, que no debía bajo ningún punto de vista intervenir sino dejar el mercado libremente, iba a permitir que las cosas casi surgieran mágicamente.

Bueno, al cabo de 10 años de ser conejito de Indias del Fondo Monetario Internacional -yo quiero recordarles a ustedes que un presidente en mi país fue presentado en una Asamblea del Fondo Monetario Internacional como el gran ejemplo a seguir en el mundo- el país en el 2001 explota literalmente. No tengo que contarles las imágenes porque muchos de ustedes podían ver en los noticieros a miles de ahorristas golpeando las puertas de los bancos, los bancos con chapas para que no pudieran ingresar los ahorristas cuyos dineros habían sido confiscados por el Estado; llegamos a más de 20 por ciento, casi el 27 por ciento de desocupación.

No solamente eso, hubo tal ruptura institucional que se intentó mediante una figura delictiva –esto es importante porque fui testigo de esto, fui diputada en ese momento- se intentó una norma de reforma laboral que precisamente quien me presentara oportunamente con mis antecedentes dijo que yo había participado activamente de esa reforma laboral; sí, participé activamente en denunciar que habían sido sobornados legisladores de mi propio partido por el entonces gobierno para obtener una norma que flexibilizara a los trabajadores.

Finalmente esto culminó en la caída y el descrédito institucional de aquel gobierno que había asumido con el 52 por ciento de los votos. No era desde una postura dogmática nuestra posición frente a la flexibilización y precarización laboral, era simplemente la observación del resultado concreto.

Toda vez que en la historia de mi país se pudo articular producción y capital y trabajo en un modelo de acumulación que fuera de producción y no de especulación, hubo diálogo social, hubo tripartismo, pero hubo esencialmente calidad social y fiscal en el crecimiento económico, porque esta es otra cosa a la cual me quiero referir.

El crecimiento económico durante la década de los años ´90, a la luz de lo que pregonaba el Fondo Monetario Internacional, fue del orden del 7 por ciento. Si uno mira únicamente las cifras del crecimiento de la actividad económica podríamos concluir en que era un gobierno exitoso, pero paralelamente a como crecía la economía caían miles y miles de trabajadores del aparato productivo, porque en una política de especulación, en una economía de servicios y claramente no de generación de riqueza -que es la clave de todo proceso económico, generar riqueza- no se producía riqueza, se transfería riqueza ya construida a otro sector. En definitiva, esto se visualizaba muy claramente porque el crecimiento económico traía aparejada la destrucción de los puestos de trabajo, destrucción laboral, con lo cual no es neutro el tipo de crecimiento económico que tiene una sociedad para garantizar su crecimiento.

La senadora Cristina Fernández de Kirchner en la Organización Internacional del Trabajo, Ginebra martes, 12 de junio de 2007"


Y, lo demás, pues... pongámosle imaginación a la cuestión acerca del sí y del cómo se dan aquí y ahora situaciones similares a la del país austral. Otra pregunta es: ¿se conoce de alguien que teniendo un trabajo seguro, estable, bien remunerado, con seguridad social, educación garantizada, salud, vivienda, la jale a ese cuento que ahora tiene a tanto pato y pata dando lora y jugándoselas todas para tratar de recuperar algo de … lo que aquí y ahora solo le abortó sus ilusiones como habitante de un mundo que tiene que vivir de ellas?. Lamentable esto, y un sentido pesame.





Cambiando de tema (sic) : ¿De donde viene esa proclividad nacional a lo fuera de ley?. ¿Es acaso un ESTADO DE NECESIDAD permanente?








Para terminar por hoy y esperando que la navidad del 2009 sea mejor quiero invitar a quienes sigan interesados en HACER DINERO a que visiten el siguiente sitio Tips para levantar dinero para tu start-up.


SUERTE !

Y

PULSO!


IMAGINACIÓN, ESTUDIO, DISCIPLINA, JUEGO LIMPIO, ...

EL ARCÁNGEL VRS. EL VISIONARIO

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LA PIRÁMIDE DEL PODER VRS EL PODER DE LA PIRÁMIDE




O ACERCA DE CÓMO EL RÉGIMEN SE ENFRENTA A Y CON SU PROPIA SOMBRA



Gracias a las curiosidades y buena voluntad de Felipe pude empezar a leer el texto CARTA ABIERTA A UN ANALFABETO POLÍTICO de Tulio Bayer y, gracias a esta inmersión, pude conocer la categoría MANIGLIA y encontrar en ella la caracterización de quienes objetivamente hacen carne, materializan como mamíferos, bípedos e implumes, la sustancia del régimen (como lo entendió A. Gómez Hurtado).




Sin más comentarios transcribo del prementado texto:


"… Para el maniglia las palabras son trampas y la política es filigrana.


Filigrana he dicho, Pacho. Es decir un tejido sutil, en el que los hilos de oro son la urdimbre y los de plata la trama. La aguja es el chisme.


Todos los maniglias hacen su entrenamiento en los artilugios de la vida municipal, escuela rural, pero escuela completa en miniatura. En el escalafón hay una serie de grades, que no termina en Presidente de la República. Hay uno más alto: el de "Arcángel" por ejemplo. Y sospecho que habrá otro: el de "Visionario".


El maniglia tiene pues mucho de chismosa. De vieja chismosa. Parece increíble, pero es absolutamente demostrable que el arte de muchos de nuestros "estadistas" no es otro que el de los vendedores de específicos y el de las verduleras.


Y es porque las características del maniglia son fundamentalmente tres: la paciencia, la astucia y la maldad. Estas "virtudes" las tiene siempre el hampón-tipo.


Y te hablare un poco de la astucia, Pacho.


La astucia tiene una prima hermana que es la perfidia. La astucia no puede confundirse con la inteligencia. Suele representarse la astucia como una mujer fea que se tapa la cara con una careta bonita y que oculta un zorro en el ropaje. Es el disimulo, el mimetismo.


Lo hacen los camaleones y los insectos. No requiere mucho cerebro. Sin embargo, de la astucia se ha hecho en Colombia un culto. .Se la considera la virtud nacional y se la viene llamando la inteligencia.


Asi pues que frente a los arquetipos, a los modelos que nos ha dado la historia colombiana contemporánea, esto es los Albertos Lleras, los López de Mesa, los Calibanes, yo prefiero creer que las características del hombre superior no son las del maniglia.


Prefiero estar de acuerdo con el más grande de los sabios vivos contemporáneos que considera que las características del hombre superior son la BONDAD y la INTELIGENCIA.


Quisiera hacerte notar que nos han engañado bastante con los "arcángeles", con los "superestadistas", con la grandeza y las virtudes de gentes que no son sino hampones del capitalismo internacional."




Así las cosas entenderás, querido diario y quien se atreva por estos carbonientos sitios, que estando afectado o impresionado por los más recientes acontecimientos en torno a las travesuras del capital especulativo, mafioso que caracteriza el funcionamiento real y total de la economía en las fronteras de este país llamado Colombia, se me ocurriera titular como ya lo leíste, este entrada.














martes, 18 de noviembre de 2008

MERCED A LA VERDAD

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LA RELATIVIDAD DE LA VERDAD




Originario de Pirandello y leído hace algunas décadas en la revista cubana BOHEMIA la historia de Tarará me sirvió de guía para una intervención como defensor de un campesino procesado por homicidio y como quiera que ahora en nuestro país se habla por todos lados de VERDAD he considerado que volver sobre ese texto puede resultar de alguna utilidad, así que copio y pego:

LA HISTORIA DE TARARÁ



Saru Argentu, conocido por Tarará, apenas introducido en la sala del tribunal, lo primero que hizo fue sacar del bolsillo un amplio pañuelo rojo con flores amarillas, y lo extendió cuidadosamente en el banco, para que no se le manchase, al sentarse, el traje de los domingos.

Después de esa operación, volvió la cara y sonrió a todos los campesinos que llenaban, del otro lado de la baranda, la parte del recinto reservada al público. Alguna mujer, vestida de negro, con la mantilla bajada hasta los ojos, se puso a llorar al ver al reo. Este, en cambio, mirando desde la jaula, seguía sonriendo, y hacia a sus amigos y compañeros de trabajo, una señal de reconocimiento con cierta complacencia.

Porque para él era casi una fiesta aquello, después de tantos meses de prisión preventiva. Y se había arreglado como en los domingos. Era pobre –tanto que no pudo pagarse un abogado, y le asignaron uno de oficio- pero, en lo que de él dependía, por lo menos, estaba limpio, afeitado y con el traje de los días de fiesta.

Después de las primeras formalidades, constituido el jurado, el presidente invitó al reo a ponerse de pie.

¿Cómo se llama?

Tarará.

Eso es un apodo. ¿Su nombre?

Ah ¡ Si, señor: Argentu, Saru Argentu, excelencia. Pero todos me conocen por Tarará.

Bien. ¿Cuántos años tiene?

No sé, excelencia.

¿Cómo que no sabe?

Tarará se encogió de hombros.


Vivo en el campo, excelencia. ¿Quién se atreve a pensar?

Todos rieron. El presidente miró los papeles que tenía delante:

Usted nació en 1873, tiene pues, treinta y nueve años. ¿No es así?

Tarará abrió los brazos:

Como usted ordene, excelencia.

Para no provocar nuevas risas, el presidente interrumpió el interrogatorio.



Siéntate. Ahora leerá el señor canciller el acta de acusación.

El joven abogado defensor, nombrado de oficio, le había dicho que podía estar seguro de la absolución, porque si bien mató a su mujer, el adulterio fue demostrado.



Tarará, en la beatifica inocencia de su mentalidad simple, no tenía ni siquiera la sombra de un remordimiento. No comprendía por qué debía dar cuenta de lo que hizo, es decir de algo que no le interesaba a nadie más que a él. Mató a su mujer de un hachazo en la cabeza, porque un sábado al volver a su casa por la noche, de regreso del campo de un rico propietario, donde trabajaba como un peón durante toda la semana, se encontró con un gran escándalo en la callejuela donde vivía. Pocas horas antes, su mujer fue sorprendida en flagrante adulterio, con el caballero don Agatino Fiorica. La señora de éste guió al oficial de justicia y a dos agentes de la policía hasta la casa donde vivía Tarará, para la comprobación del delito.

Los vecinos no pudieron ocultar a Tarará su desgracia porque su mujer estaba arrestada con don Agatino.



A la mañana siguiente, al verla llegar a la casa, después que la pusieron en libertad, se arrojó sobre ella y de un hachazo le partió la cabeza.

Terminada la lectura del acta de acusación, el presidente hizo incorporarse al reo, para continuar el interrogatorio.



Reo Argentu: ¿ha oído de qué se le acusa?

Tarará con su sonrisa habitual, respondió:




A decir verdad, excelencia, no presté atención.


Se le acusa de haber asesinado, de un hachazo, a Rosario Femminella, su esposa. ¿Qué tiene que decir en su disculpa? Diríjase a los señores jurados y hable claramente y con respeto debido a la justicia.



Tarará se llevó una mano al pecho, como para significar que no tenía la menor intención de faltarle al respeto debido a la justicia, y se quedó un momento como cortado.

Vamos, hable.
Mire, excelencia ... sus señorías son gente leída, y lo que está escrito en esos papeles lo habrán entendido. Yo vivo en el campo, excelencia. Si, yo maté a mi mujer. Hice eso, si excelencia, señores del jurado ...., lo hice, de veras, señores jurados, porque no podía hacer otra cosa.

¿Qué quiere decir con eso?

Quiero decir, excelencia, que la culpa no fue mía.

¿Cómo que no fue suya?

El joven abogado creyó oportuno intervenir:



Perdón señor presidente ..., pero me parece que tiene razón si dice que la culpa no fue suya, sino de la mujer que le traicionó con el caballero Fiorica.

Usted Tarará ¿quiso decir eso? – Preguntó el presidente.

Tarará negó primero con un movimiento de cabeza, y luego dijo:



No señor, no excelencia. La culpa no fue tampoco de aquella pobre desgraciada. La culpa fue de la señor ... de la mujer del señor caballero Fiorica, que no quiso dejar las cosas en paz. ¿A qué venía, señor presidente, eso de ir a armar un escándalo tan grande en la puerta de mi casa, que hasta las piedras de la calle, señor presidente, se pusieron coloradas de vergüenza, viendo a un hombre respetable, el señor Fiorica, que sabemos todos que persona es, en calzoncillos y con los pantalones en la mano, señor presidente, sacado de la cueva de una sucia campesina. Sólo Dios sabe, señor presidente, qué cosas estamos obligados a hacer para conseguir un pedazo de pan!.

Usted confiesa, pues, que conocía el ... enredo de su mujer con el caballero Fiorica?

Me opongo a la pregunta! Gritó el defensor.

Señor abogado. El interrogatorio lo hago yo!.

De todas partes del recinto hicieron a Tarará, en ese momento señas de negación.

Conteste, acusado Argentu: ¿Conocía o no el enredo de su mujer?

Tarará, perplejo, miró al abogado y al auditorio, y, dijo:



Tengo ... tengo que decir que no?

Diga la verdad en su propio interés – exhortó el presidente.

Excelencia: digo la verdad, y la verdad es ésta; que era como si yo no lo supiese! Y nadie podía venir a decirme en mi cara que yo lo sabia. Yo hablo así porque soy del campo, señores jurados.

¿Qué puede hacer un pobre hombre, como yo, que trabajo como un buey en el campo desde el lunes por la mañana hasta el sábado por la noche?. Si en el campo alguno hubiese venido a decirme: "Tarará, mira que tu mujer se entiende con el caballero Fiorica", yo no hubiera podido desentenderme, y hubiese corrido a caso en el hacha en la mano para partirle la cabeza. Pero ninguno vino nunca a decírmelo, señor presidente. ¿Por qué, señores jurados, esa bendita señora, de repente....? ¿con qué derecho vino a meterse en mi vida? Yo nunca había querido ver ni oír nada, siempre trabajando de la mañana a la noche. ¿Y, qué fue el escándalo para ella? Una broma! A los dos días volvió a hacer las paces con su marido. Pero... usted no pensó, señora, que había otro hombre de por medio? .. y que este hombre no podía dejar que se le rieran en la cara, y que tenía que mostrarse hombre?. Eso le hubiera dicho, señor presidente, y entonces, a lo mejor no hubiera sucedido nada, de lo que, no por mi culpa, sino por culpa de esa bendita señora, sucedió.



¿Esa es entonces su tesis?

Tarará negó con la cabeza.



No señor, ¿qué tesis?! Esta es la verdad, señor presidente.

Y, merced a la verdad, fue condenado a trece años de prisión."




¿A cuántos años se condenará a cuántos colombianos merced a la verdad?












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