martes, 8 de abril de 2008

Gaitán vive




Pero ..., el legado de la oligarquía que combatió sigue vivo en sus herederos enquistados en el poder.



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Hace algunos lustros sostuve una para mi enriquecedora y grata correspondencia con la hija del lider Jorge Eliecer Gaitán cuyo espíritu o legado ha jugado un papel importante en la vida familiar. Comparto a continuación uno de esos intercambios epistolares:



1) Una carta a Gloria Gaitán:




Definitivamente Ud. no está sola y, así quienes la acompañemos no seamos una gran multitud, creo que de alguna forma constituimos una fuerza que se integra a corrientes universales en aras del crecimiento moral de la humanidad.



En el seno de mi familia que no ha estado alejada de las estructuras del poder y no en virtud de otra cosa diferente que al ejercicio de la inteligencia en el buen sentido de la expresión, siempre escuche al interior con toda claridad el señalamiento de quienes eran y siguen siendo los responsables de nuestra tragedia colombiana.



Mi progenitor, Mario Ellas Gärtner G., quien se desempeño durante años como Juez y luego como Notario, cargo en el cual se jubilo, con claridad y sin rodeos siempre me supo poner de presente qué intereses y negocios turbios había detrás de todos esos registros de defunción que yo como niño le ayudaba a llenar en los formatos de la Notaria de Calarcá donde siempre como causa de la muerte se anotaba simplemente "anemia aguda".



De esa "anemia aguda" me parece padece el cerebro de tantos compatriotas incapaces de ver nuestra desgracia o cobardes incapaces de superarla.



Hoy encanecidos, con un cuidado vientre y pieles frescas gracias a los desayunos con jugo de naranja y zanahoria de que han podido degustar gracias al garrote y al vinagre dado al pueblo, esos personajes tratan de borrar la historia, al tiempo que ponen cara de asombro por la supuesta "pérdida de valores" y por la violencia reinante que ellos supieron cuidar en su cuna.


Un cordial abrazo y que finalmente la verdad impere.



Guillermo Anibal Gartner Tobón


P.S. Mire Ud. como el ciberespacio se torna en una esfera propicia para el libre despliegue del espíritu. Ello no significa que sea carente de riesgos pero la vida es también ello.




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2) Respuesta de Gloria Gaitán:




"Doctor Gärtner: estoy conmocionada con su mensaje. Al fin alguien que reconoce que es en los clubes y en los grandes salones donde se acuerdan, conjuntamente entre TODOS los dirigentes, liberales y conservadores, políticos y empresarios, iglesia y señoritos light, los complots de muerte y miseria para nuestro pueblo!



Mi padre lo gritó a todos los vientos al denunciar en sus discursos que la violencia era un complot satánico que se preparaba desde los clubes- donde se reunían jefes liberales y conservadores para pactar y abrazarse, mientras alimentaban el odio popular entre liberales y conservadores. Ya siendo jefe del Partido Liberal (y estando los jefes naturales de huida al exterior (López, Santos) ante este sacrilegio de ver a un hombre del pueblo dirigiendo al liberalismo) mi padre dirá: "...No me importan los partidos. Combato al país político, a esa pequeña casta insensible de los hombres que necesitan embajadas y ministerios y negocios con el Estado,que comprenden con claridad que la única manera de tener esas influencias, de enriquecerse a la sombra del gobierno, es provocando el odio y la violencia entre los colombianos... Todo esto es una inmensa farsa. Todo esto es un drama del país político. Ellos se ríen allá en las alturas de Bogotá. Allá se abrazan con los adversarios, pero siguen fomentando el odio y la muerte en las lejanas tierras". (septiembre 25 de 1947, Cartagena)

Lo peor es cuando veo que, en lugar de reconocer que ha sido una violencia DE CLASE que se inicio en 1945, utilizando el inconsciente sectarismo popular, todos los "violentologos" hablan de violencia partidista, echándole así la culpa al pueblo liberal y al pueblo conservador, cuando eran solamente los instrumentos al servicio de un pacto de sangre de la oligarquía liberal y conservadora que se abrazaba en los salones de los clubes, se reía y se repartía las ganancias. No fue, he dicho una y mil veces, una guerra liberal-conservadora. La oligarquía, que la planeó, la incentivó a través de sus agentes políticos, era LIBERAL-CONSERVADORA y las victimas el pueblo humilde eran liberales y conservadores. Es una verdad a todos los vientos, para no seguir echándole la culpa al pueblo que solo en su inconsciencia sirvió de instrumento. Un muerto del pueblo liberal o del pueblo conservador era una ganancia para la oligarquía conjunta liberal y conservadora porque con eso mantenían vivo el sectarismo para impedir la advertencia de mi padre cuando decía: “ay de la oligarquía cuando el pueblo se una". El sabia con claridad que "el pueblo colombiano no tiene dos partidos sino que ha sido partido en dos". Así es como dirá: "Nadie va a sorprenderse al comprobar que cuando los hombres gritan un viva al partido conservador o un viva al partido liberal, no están proclamando una doctrina diferente, que ellos no tienen, sino que están apenas confirmando el hecho de que son simple eco de pasadas ideologías que nos legaron la herencia de viejos sentimientos, pero que no pueden legarnos sus viejas ideas, porque la idea es por naturaleza transitoria y mudable. Y están confirmando que esas masas con distintos rótulos están viviendo vida conservadora, es decir, herencia del pasado". Por eso afirmará Alberto Lleras Camargo en 1946; "...Gaitán cree que su movimiento desborda los límites del liberalismo y avanza sobre el territorio conservador, en las masas populares. En su más reciente etapa esta característica se acentúa". Y por eso también repetirá mi padre: "... en los pueblos conservadores hemos tenido por primera vez muchos votos. Eso tiene importancia. Es lo que estamos buscando: que el pueblo, todo el pueblo, se identifique con el partido liberal y que los oligarcas se queden con el partido conservador. Así estaremos más claros".



Gracias doctor por hacerme sentir acompañada en este sentimiento de espanto cuando veo a los autores de toda esta miseria fungiendo de pacifistas, se me revuelve el alma pensando que ya están tramando la traición, como lo hicieron con José Antonio Galán y Guadalupe Salcedo. Son "los mismos con las mismas" en el tiempo y en la distancia y nosotros, los del País Nacional somos "los mismos idiotas con las mismas confianzas" en su buena voluntad y con la esperanza de que "de pronto" el Partido Liberal pueda salvarnos!!! Babosadas."




En mi hogar recuerdo desde niño la imágen de Jorge Eliecer Gaitán estuvo siempre presente
en la mesa adaptada de una vieja máquina de costura estaba el radio de tubos y sobre
el mismo una estatuilla del lider liberal.






















domingo, 6 de abril de 2008

PARA NO QUEDARNOS EN LA SIMPLE PROPUESTA







Para todos los Gärtner, los Tobón, los Vargas, Gómez, Murillo, Cataño, Salazar, Posada, De la Cuesta, Nicholls, López, etc., y pare de contar cuánto y tanto enlace se ha producido y se está produciendo en nuestra historia como FAMILIA y familias, antes y después del arribo de nuestros antepasados europeos y producidos los ricos mestizajes con nativos y afrodescendientes.


La invitación es a construir nuestra memoria en la historia de los conflictos colombianos en los cuales hemos sido victimas y victimarios, autores o coautores, complices, auxiliadores, propiciadores y tal vez entre nuestra consanguinidad haya casos de quienes han pasado por todo esto como simples observadores sin tocarse ni mancharse :) , como las brujos y brujas que los y las hay las hay.




La historia del cementerio de los Gärtner es indiscutiblemente una piedra de amarre para desatar la compleja relación de los descendientes del alemán y luterano Georg Friedrich Gärtner con los representantes de la llamada Santa Madre Iglesia Apostólica y Romana. En esta misma bitácora se puede consultar documentación sobre las desaveniencias y los acuerdos logrados con la Iglesia Católica con intervención del Vaticano.




Hoy quiero colocar aquí y desde el campo de los Tobón una otra propuesta para reflexionar sobre la intolerancia al interior del grupo familiar mismo, sus consecuencias, lo que ha representado ese fenómeno de la intolerancia para impedirnos vivir mejor.




Tomo el caso de mi tio materno Pablo Tobón "confesando" que aun sin intervención de mi voluntad me privé de tener una comunicación con el en virtud del ambiente de estigmatización alimentado por estructuras de exclusión que siguen vigentes en el entorno colombiano en todos sus componentes étnicos, sociales, económicos, políticos.







Edith de Cardona, la esposa del primo Alfredo, publicó la siguiente nota el 6 de enero de 1985:





"Carta a un habitante del otro mundo
Por EDITH DE CARDONA T.






Tus ojos se cerraron para siempre este 27 de noviembre. Y aunque estuviste presente, querido Pablo, no pudiste saber lo que ocurría a tu alrededor.
Había mucha gente en la iglesia. Muchos amigos y muchos curiosos. Unos fueron porque si, porque no tenían otro programa; y algunos porque de verdad sentían tu partida.
Alii estaban tus viejos camaradas. Los que se reunían contigo en aquel café a jugar cartas o dominó. Vi lágrimas en sus envejecidos ojos. Estaban también los galleros sobrevivientes. Los que todavía guardan las pitas y las espuelas junto al recuerdo del saraviado o del gallo canelo.
El peso de los años impidió que algunos retomaran el largo camino al cementerio. Acompañaron con la mirada hasta que, a lo lejos, el cortejo se perdió.
Otros de tus viejos amigos, con andar cansado, recorrieron ese camino tantas veces trajinado. Y vivieron de nuevo los recuerdos. Te veían, con clara nitidez, igual que en los tiempos mozos, cuando todos los domingos, en loca carrera, desbocabas tu caballo, y lo hacías rastrillar en los guijarros, desafiando a la caterva violenta que oprimía a tu pueblo.
También te acompañaron los curiosos, los indiferentes y unos pocos, poquísimos, de tu misma sangre para quienes significaste algo en su vida._
Estuvo aquel sobrino, su esposa e hijos. Ese, el que te brindo una vejez tranquila y apacible. El que respetó tu voluntad de morir donde te diera la gana, en la aldea que no fue tu cuna, pero que tu quisiste que fuera tu sepulcro. Allí, junto a ti, estuvo ese sobrino que fue como un verdadero y noble hijo tuyo. Porque por desgracia, los que tu engendraste, no tuvieron la gracia divina de la misericordia y el perdón para un viejito solitario. Ellos no quisieron saber de tu partida.
Otro de tus sobrinos también estuvo a tu lado. Ese que te respetaba y amaba desde niño. Vi sus lágrimas furtivas que se escapaban mientras sellaban el nicho.
Ya no podría volver a acompañarte en la banca del parque, ni volverá a preguntar por la fundación de la aldea del Rosario, ni por tus pasos con los colonizadores del Jardín o de Envigado.
Pero había mas parientes: uno que se emborrachó a tu salud", y otros sin dolor disponible porque ya lo habían gastado con sus hijos.
Una vez dijiste que cuando abandonaras esta vida, lo harías sin importunar a nadie, que no invitaran a dolientes o conocidos. Tus sabias, con la sabiduría de los viejos, que a los entierros la gente va como a los estadios o a las corridas de toros. Só1o les falta llevar el fiambre o la bota de manzanilla.
Por eso Hugo, cumpliendo tu voluntad, a muy pocos se les dio la triste noticia.
Los curiosos, esos que fueron porque si, hablaban a tu lado de mil cosas: del costo de la vida, del mal tiempo, del vestido de la amiga. Y mas atrás alguien preguntó: "Tu conociste al muerto?" Siquiera no los oíste!!!
Llegamos al cementerio. El borrachito terminó su fiesta y regresó a su tierra. Los curiosos ni entraron al camposanto.
Cruz Helena, la Samaritana de tus últimos pasos, rezaba recogida una oraci6n por el eterno descanso de tu alma Pablo Tobón Vargas.
Aun estábamos alli unos pocos: los que sentíamos tu partida. Nos quedamos solos... con tu ausencia.
Fuimos saliendo...Nos separabamos para siempre: tu camino seguía hacia la eternidad y nosotros quedabamos en este carnaval."


Queda pues así indicado un camino para cuya "trilla" me comprometo.


Remito también a la publicación que hizo LA PATRIA de Manizales el domingo 9 de diciembre de 1984 del escrito de Alfredo Cardona Tobón sobre el tio Pablo Tobón con el titulo "El último envigadeño de la caravana del Jardín".