sábado, 5 de junio de 2010

CARTA SIN RESPUESTA 2

 

 

POCOS DIAS HA, ENVIE UNA CARTA ABIERTA A LOS CANDIDATOS MOCKUS Y PETRO REFIRIÉNDOME A SITUACIONES ENMARCADAS EN EL CONFLICTO ARMADO Y QUE AFECTAN EN PARTICULAR LAS FUERZAS ARMADAS. ESTA MAÑANA “REVOLCANDO” PAPELES HE ENCONTRADO COMUNICACIONES DE AÑOS ATRÁS DIRIGIDAS A PERSONALIDADES POLÍTICAS Y DE LOS MEDIOS CUYO CONTENIDO BIEN PODRIA SUBSUMIR EN LA NUEVA ROMANTICONADA. UNA DE ESAS COMUNICACIONES ES LA ENVIADA A CÉSAR GAVIRIA TRUJILLO Y LA OTRA LA QUE A CONTINUACIÓN REPRODUZCO:

 

 

 

 

Señores

JUAN GUILLERMO CANO B.
FERNANDO CANO BUSQUETS
Directores de EL ESPECTADOR
Bogotá D«E,

___________________

Ref.  El asesinato de Héctor Abad.

 

Guardar silencio es dejar que de pronto la cobardía se dis­frace de prudencia. La muerte violenta de Felipe,de Leonardo y la del doctor Abad,definitivamente me comprometen a no permanecer callado.

Las palabras escritas por Antonio Caballero en la nota titu­lada "SOS" ,las hago mías frente a todas las "evasivas11 del gobierno para poner freno a los criminales : "PARA HACER CREER QUE SE HACE ALGO,SIN EL ESFUERZO DE TENER QUE HACER NADA", ya antes de leer a Caballero había anotado en mi agen­da como el crimen cometido en Medellín nos había mostrado a un Presidente que mira "a ninguna parte" con expresión de perplejidad y todavía pregunto si el señor Presidente Barco es un nombre ingenuo y engañado o bien si se trata de un per­sonaje calculador y engañador.

Cuando escuché el discurso del Presidente anunciando aumentos en el pie de fuerza y aumentos de jueces y funciones, recordé de inmediato lo que escribí en octubre de 1983 al Dr. Abad y como despedida de mis compañeros del Comité de Derechos Huma­nos en Antioquia : "Ingenuas los que piensan que la policía ha de cambiar porque de POLINAL se convierta en policía metro­politana. Engaño de palabras, ficciones, ficciones, ficciones, pobre Antioquia." Hoy podría agregar: ilusos y tontos quie­nes conocieren que se requiere de mas agente» y de mas jueces cuando lo que urge es de NUEVOS AGENTES y NUEVOS JUECES, nue­vos en cuanto a mentalidad,capacidad y responsabilidad.

Así como en la misma nota de despedida escribí "en verdad. Doctor Abad, ¿qué dolor puede sentir la burguesía y sus repre­sentantes por la muerte (ametrallado,acuchillado,dinamitado o como se quiere) de alguien que con las armas en la mano ha cuestionado ese orden burgués?", hoy puedo cuestionar el supuesto dolor que muchos miembros de los grupos dominantes quieren mostrar por la muerte de Abad, comenzando por la misma preocupación del directorio liberal de Guerra Serna hasta llegar al Presidente Virgilio Barco. Son lagrimas de cocodrilo que sirven para adobar la hipocresía pues no encuentro en ta­les manifestaciones de dolor el mas mínimo propósito de poner el dedo en la llaga y por lo contrario he observado y escucha­do únicamente el viejo cuento,lo vieja carreta de adjudicar ips muertes a inaprehensibles "fantasmas" que desde un mundo extraño bajan en paracaídas para desestabilizar un país en ORDEN. Una vez mas escuchamos de restricciones al porte de ar­mas,de restricciones a los motociclistas, y vuelvo a decir: ficciones, ficciones, mentiras e hipocresía.

Al recordar a los compañeros asesinados y en especial al Dr. Abad, tengo presente su preocupación de hace algunos años por esclarecer el crimen cometido en OMAIRA MONTOYA y entonces sur­ge la pregunta : ¿qué ocurrió con el teniente LUIS EDUARDO GAR­CÍA OSORIO sancionado en relación con la captura y desapari­ción de Omaira "con multa equivalente al valor de quince 15) días de sueldo, por haber sido hallado responsable de violar el articulo 76, numeral lo.del reglamento de régimen disciplina­rio para la Policía Nacional" ?. ¿Será con este tipo de oficia­les o con el mismo, con lo que se pretende aumentar el pie de fuerza en Medellín ?.

Y sigo recordando y tengo presente ahora la preocupación del compañero Abad por esclarecer el asesinato del estudiante y miembro del ELN. GUSTAVO ALBEIRO MUÑOZ, y entonces surge la cuestión : ¿qué pasó con el General HERNÁN HURTADO VALLEJO, ¿qué paso con el coronel MARINO GUTIÉRREZ ISAZA y qué con el tenien­te DARIO ESTEBAN ORTIZ GARCÍA?, Aquí recuerdo como, cuando la agente especial del Ministerio Publico, Dra. Graciela Gómez de Pulido, pidió al Juez Segundo Superior de Montería la detención de los oficiales implicados en la desaparición inicial y luego muerte de Muñoz Hurtado, este Juez replicó en auto de fecha mayo 26 de 1983 que : " Para el caso de autos vemos que la necesidad de aplicabilidad de tal medida desaparece, por cuanto ninguno de los procesados, por conveniencia propia en razón de los cargos y su posición en la sociedad, van a sustraerse de la acción de la justicia,como tampoco porque tal determinación no se tome, se vaya a entorpecer la acción de la misma y no siendo los procesados temibles facinerosos ,se facilite, de no aplicarse la medida, sigan conculcando el derecho ajeno". Entonces salta de inmediato otro interrogante, ¿será con esta clase de jueces que se piensa proveer los nuevos juzgados creados?.

Y todavía más, recuerdo teniendo muy presente a Leonardo, a Fe­lipe, al doctor Abad, la muerte de LUIS FERNANDO GIRALDQ BUILES asesinado por unidades muy bien coordinadas (que no aisladas) del F-2 de la Policía de Medellín, y al tiempo que surge la curiosidad por lo que realmente ocurrió con el capitán Laureano Gómez Méndez, por el grado y cargo que ocupan ahora los tenien­tes LUIS ALBERTO SOLANILLA y JORGE ENRIQUE COCK, conjeturo que de pronto en éste país del Sagrado Corazón se encuentren los criminales como el asesino de JAIME NEVADO, prestando servicios de seguridad en el palacio presidencial, ¿No era ésta acaso una de las denuncias que preparaba precisamente el Doctor Abad?.

Colombia entera sabe quiénes son los asesinos y por qué actúan así, sólo el presidente y el procurador se quieren hacer los de la vista gorda, y cuando más aceptan que si bien muchos de los crímenes incluyen autorías de miembros de las fuerzas armadas ello no es mas que SIMPLES DESVIACIONES de ALGUNOS FUNCIONARIOS O AGENTES DEL ESTADO.

El problema como en otras oportunidades le he manifestado es en verdad INSTITUCIONAL y mas bien podría decir que aquellos agentes , cuadros y oficiales comprometidos en la guerra sucia son ellos mismos víctimas de esa situación institucional que hizo de nuestro Ejercito un ejercito de ocupación de su pro­pia patria,victimas de esa situación institucional que le dio a las fuerzas armadas la función de luchar prioritariamente contra la "subversión comunista".

Por lo anterior creo que solo hay un principio de solución: DEPURAR LAS FUERZAS ARMADAS, depuración que no es solamente de las personas comprometidas en estos hechos sino también de contenidos en los cursos de formación, en las pau­tas de entrenamiento, etc.etc.

Se hace necesario retomar,pese a todas las vacilaciones, las ex­presiones del anterior Procurador Jiménez Gómez cuando hablaba de la vigencia en Colombia de dos Constituciones: una que se vende en rustica en las librerías y otra que manejan los militares. Es indispensable retomar las recomendaciones que el General (r) MATALLANA BERMUDEZ hiciera al ex-presidente Betancur para que toma­ra realmente el mando sobre las fuerzas armadas, y rompiera la dependencia frente a los mandatos de la Junta Interamericana de Defensa. Se necesita tomar en serio estudios como el del Mayor (r) GONZALO BERMUDEZ ROSSI sobre el Sistema Interamericano de De­fensa.

Como militar que soy en retiro pienso que a quien más conviene dicha depuración y cambio es el mismo estamento armado pues bien sabemos que en filas hay muchos hombres integros,amantes de la profesión militar y respetuosos de los derechos humanos y por consiguiente incapaces de auspiciar o de cometer crímenes políticos. El Ejército Nacional sería el primer beneficiario si se llega a superar todo el fardo de anti­comunismo, si supera los elementos de politización que desde los años 6O enraizaron en la institución y que el mismo de­rechista de Landazábal Reyes ha reconocido con claridad paradójica con le confusión de todos sus escritos desde el libro "Factores de Violencia" hasta el más reciente publi­cado.

En lugar de pensar en ahogar los derechos de los motociclis­tas, en lugar de establecer un estado policivo y represivo/ en vez de tratar de desarmar a un pueblo que como el antioqueño ha sabido, desde tiempos perdidos para la memoria, por­tar en el carriel la afilada barbera y el "cachi-blanco" 32, ¿por qué no en honor de los muertos se hace una revisión total de lo ocurrido en Colombia desde el momento en el cual prendió el anticomunismo y el trogloditismo político?. ¿Por qué no pensar mejor en superar los elementos de conciencia que llevan a muchos colombianos a asesinar a tantos otros colombianos?.

Podría el amigo Abad desde el más allá decir que mis pala­bras son simples "gartneriadas" (asi calificaba mi radica­lismo),y volvería a responderle; Claro,doctor Abad,soy yo expresando mis sentimientos!.

Con dolor,con ira,con . .......... ,decisión de no permitir que mi lengua se convierta en pesada como la de los bueyes de carga, me suscribo de Uds.

 

Atentamente

Guillermo A. Gärtner Tobón c.c 10.056.719 de Pereira.

 

 

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P.S. Les remito una fotocopia de un comunicado que suscribieran en otra oportunidad Leonardo Betancur y Héctor Abad,y que cobra actualmente un especial significado.

Copia de este escrito lo estoy remitiendo también al pe­riódico EL MUNDO de Medellín.

CARTAS SIN RESPUESTA 1

 

 

manual lucha anticomunista carta a gaviria

 

MANUAL DE LUCHA ANTICOMUNISTA

 

Pereira, octubre 15 de 1987.

Doctor

César Gaviria T.

Ministro de Gobierno

Bogotá D. E.

Muy apreciado y respetado doctor Gaviria:

Hace un buen tiempo, antes de su nombramiento como Ministro, y motivado en consideraciones sobre su capacidad, juventud y también en el conocimiento de su proximidad al hoy Presidente de la República, doctor Virgilio Barco, alimenté el propósito de hacer algunas consideraciones o apreciaciones que considero de algún interés para el futuro de nuestra Colombia.

Mi formulación se concreta en la convicción de que si el Presi­dente Barco tiene de verdad el deseo de orientar un promisorio proceso de paz, debe, en primer lugar, poner fin al radicalismo político anticomunista, que durante años ha enraizado en las Fuerzas Militares.

Lo anterior concuerda plenamente con la reciente afirmación del ex-Procurador Jiménez Gómez quien afirmó sin titubeos que "a Pardo lo mató el macartismo" (véase "LA TARDE", miércoles catorce de octubre, pág. 2a).

Si usted, doctor Gaviria, lee el Manuel FF. MM. 5-3 Público so­bre operaciones sicológicas publicado en el año de 1982 y vigente en la actualidad para las Fuerzas Militares de Colombia, seguramente llegará a la misma conclusión que yo y que no es otra que el estar frente a un manual de lucha anticomunista; para muestra —como dicen las señoras— un botón:

"Nadie desconoce el papel fundamental que juegan en la preparación del bandolero común, el adoctrinamiento en las normas políticas de su partido, el análisis de los postulados marxistas y leninistas, y la esmerada enseñanza que se le imparte sobre los objetivos, propósitos y alcances de los estados comunistas. Por ello, el bandolero comunista tiene una alta moral, porque está convencido de la bondad de la causa que defiende, porque se ha despertado en él un fanatismo político que lo lleva a matar sin vacilación y a combatir sin temores a los enemigos de su credo y a lo que se interponga en el camino, pues sabe que en la lucha en que se ha empeñado se está jugando todo su porvenir y hasta su propia persona", (obra citada pág. 7a.).

Creo, doctor Gaviria, que tales consideraciones de principio para las unidades operativas y tácticas de nuestro Ejército (soy oficial en retiro, condición que reivindico con orgullo), contradicen los propósitos de la nueva Colombia que tenemos por tarea cons­truir y a la que ha hecho alusión reiteradamente el señor Presiden­te Barco.

Sin entrar en otros comentarios o análisis sobre el texto citado, me suscribo reiterando mis sentimientos de respeto y aprecio y con la convicción de que sacará usted del estucho del material en cuestión, importantes conclusiones que superan en mucho la limi­tada apreciación de la izquierda colombiana que ingenuamente cree que todo se solucionaría con cambios de personas en los ministerios o en los mandos militares cuando en verdad se trata de una situación institucional que requiere de un tratamiento bien di­ferente.

De usted, como compatriota y amigo,

Guillermo A. Gartner Tobón.

CC. 10.056.719 de Pereira.

CI B158306 (Te)r

T. P. 16778 M. de J.

 

 

manual lucha anticomunista

martes, 1 de junio de 2010

CARTA ABIERTA A PETRO Y A MOCKUS

 

No soy miembro de organización política alguna, públicamente he expresado simpatía por los movimientos de los cuales Uds. son lideres y candidatos presidenciales;  he expresado acuerdos y desacuerdos con los planteamientos públicos de Uds., y esta carta que espero lean sin sentirse “obligados” a dar una respuesta pues lo hago como simple mortal, mamífero, implume habitante de este planeta que si bien identificado en mi ser con la Heimat de mis antepasados, amo, respeto, admiro, esta tierra colombiana y sus gentes, sus potencialidades y me duelo, solidarizo y avergüenzo de su drama, con sus victimas y por sus crímenes.

 

Seguí de cerca cada debate televisado, los repasé y compartí mis reflexiones con mis alumnos en el curso de Constitución Política, y sin animo de fungir de maestro o tutor, de orientador y sin pretensión de ofertarme como consultor de Uds., aprovecho este recurso de las TICs , para decir que las opciones que creo muchos esperabamos diferentes en relación al CONFLICTO ARMADO y temas conexos por ejemplo las vulneraciones al DIH, los crímenes de lesa humanidad y el fuero militar, fueron asumidas por Uds., con diferencias explicables, de manera superficial, “ligera”, así que les sentí enredados cuando hablaron en uno de los últimos debates de la guerra como si ella fuera imposible de jugarse limpio y no teniendo una opción diferente que la de continuar la que se vive en Colombia, dejaron en el aire la impresión de no ser Uds., ninguno de Uds., el COMANDANTE  ideal, capaz y dotado de la fuerza interior para cumplir eficiente y eficazmente la función constitucional de la conducción de los esfuerzos de las Fuerzas Armadas.

 

No pretendo tener LA solución sobre la compleja relación de la guerra y la política, de la violencia y el poder estatal, en este país, pero si y de tiempo atrás he vivido y pensado como actor y como académico esa relación observando, estudiando, comparando, y algo desde mi interior me lleva a digitar estas notas compartiendo un momento de ese mi ejercicio y vivencia del conflicto que me permite decir que si es posible conducir limpiamente de la guerra, precisamente eso va con la recuperación del HONOR militar mancillado en la historia colombiana contemporánea cuando gobiernos nada santos han comprometido a los integrantes de las Fuerzas Armadas en  actos contrarios a los valores que informan al militar o al policía so pretexto de la defensa del Estado.  Restablecer y fortalecer el FUERO MILITAR puede ser el medio para hacer viable esa oportunidad de recuperar ese honor y ganar el respeto no solamente de los colombianos sino de la humanidad, además será el juzgamiento de los militares por los militares mismos la puerta para establecer la RESPONSABILIDAD DE LOS ACTORES POLÍTICOS en esta degradada guerra.

 

Les invito entonces a leer estas notas:

 

FUNCIÓN POLICIAL - ESTADO DE DERECHO – DERECHOS HUMANOS Y DERECHO INTERNACIONAL HUMANITARIO


PLANTEAMIENTO DE LA CUESTIÓN (EL PROBLEMA)

¿Resulta compatible el respeto a los derechos humanos en general  y al derecho internacional humanitario en particular, con la guerra y con la guerra irregular (CAI) en particular?


APROXIMACIONES A UNA RESPUESTA

La respuesta que desde nuestra perspectiva académica damos a la cuestión planteada es un claro SI ES POSIBLE DICHA COMPATIBILIDAD, además de posible es conveniente como oportuna es toda acción tendiente a su cumplimiento.

Partimos del reconocimiento de los cambios que se han venido produciendo en el planeta desde el año 1989 cuando se hizo ostensible la crisis del hasta entonces llamado SISTEMA SOCIALISTA MUNDIAL que constituyó uno de los polos de la confrontación conocida como GUERRA FRIA.  Esta crisis y la disolución de la Unión Soviética y el cambio de rumbo de las hasta entonces “Democracias Populares” de Europa Oriental, marcó la descomposición y desaparición de la BIPOLARIDAD que caracterizó la confrontación CAPITALISMO – SOCIALISMO (COMUNISMO).
A partir de ese momento se ha apreciado en marcos del fenómeno complejo de la GLOBALIZACIÓN una marcada tendencia hacia la DEMOCRATIZACIÓN Y LA CONSTRUCCIÓN DE PROPUESTAS POLÍTICO-ESTATALES FUNDADAS EN LOS DERECHOS HUMANOS.

En una ya vieja publicación de la Defensoría del Pueblo (Divulgación Nr. 14) se expresó con buenos fundamentos que EL DERECHO INTERNACIONAL HUMANITARIO Y LA LÓGICA MILITAR NO SE CONTRADICEN SINO QUE SE COMPLEMENTAN (pag. 45 documento Defensoría).

El que nos ocupemos de esta lógica en un dialogo con miembros de la Policía apenas resulta pertinente dadas las particularidades del Conflicto Armado Colombiano y el hecho innegable que, en sentido contrario al mandato constitucional, la FUERZA DE LA POLICIA NACIONAL que por definición no es MILITAR, se encuentra igualmente comprometida en el ejercicio de la guerra al igual que las FUERZAS MILITARES (Ejército, Armada, Fuerza Aérea).


ALGUNAS CONSIDERACIONES BÁSICAS SOBRE LO POLÍTICO-MILITAR

A Carl von CLAUSEWITZ conocido como el filósofo de la guerra se debe la siguiente afirmación:

“LAS TRANSFORMACIONES DEL ARTE DE LA GUERRA SON UNA CONSECUENCIA DE LA CAMBIANTE POLÍTICA, Y LEJOS DE EVIDENCIAR CON ELLO LA POSIBLE SEPARACIÓN DE AMBAS, LO QUE HACE ES CONSTITUIR UNA PRUEBA DE SU UNIDAD INTERNA.”

La relación entre GUERRA Y POLITICA debe ser examinada bajo tal perspectiva: una relación que excluya la separación. La guerra por más que parezca aberrante y una continuación de la locura humana,  es un ACTO POLÍTICO, un hecho político pues compromete la sustancia misma del Estado que no es más que la política más allá de lo simplemente partidista ya que compromete todas las fuerzas de la colectividad, de la Nación o el Estado.

Planteadas así las cosas resulta apenas lógico que los cambios impuestos a las construcciones político-constitucionales del Estado colombiano, no puedan quedar fuera de los delineamientos de la estrategia en lo cual la determinación de los objetivos y los fines del accionar militar (para nuestro caso también policivo dado el hecho ya mencionado de comprometimiento de la Fuerza policial con las FFMM) debe ajustarse a los valores constitucionales y a las exigencias de democratización y garantía para el goce de los derechos fundamentales.

La referencia a esta relación POLÍTICA-GUERRA se explica en tanto la realización de la planteada concordancia y hasta complementariedad DERECHOS HUMANOS – DIH – GUERRA supone (exige para su cumplimiento) la superación de ciertos paradigmas POLITICO-MILITARES generados en las condiciones de la Guerra Fría y de una marcada dependencia de nuestras FFMM respecto a los dictámenes de la potencia dominante en nuestro hemisferio.

De la lectura realizada por décadas de artículos o estudios de analistas militares puede uno derivar consensos con una afirmación de la cual tomé nota años atrás (sin la referencia precisa del escrito o fuente en el cual se encuentra)  pero que me parece de especial pertinencia para este ejercicio a que nos convoca la Región Tres de Policía: “las concepciones vigentes de seguridad se han convertido en un verdadero obstáculo para el logro pleno de la democracia y la vigencia de los derechos humanos” (Juan Somavia/José Manuel Insulza).  En nuestro caso, Colombia, es evidente que salvo excepciones, el estamento político dominante y que ha apropiado el manejo de la maquinaria Estatal (gobierno) el deseable cambio de mentalidad no se ha producido y por lo contrario en el discurso de los gobernantes sigue apareciendo vigente el esquema intolerante y excluyente de la guerra fría.

La alternativa no puede ser entonces otra que de la de una REFORMULACIÓN del concepto de SEGURIDAD el cual bajo los supuestos de una sociedad democrática se entiende como SEGURIDAD DE LOS HOMBRES Y MUJERES QUE COMPONEN LA NACIÓN; IMPLICANDO LA AUSENCIA DE RIESGOS O AMENAZAS FÍSICAS, LA EXISTENCIA DE CONDICIONES MÍNIMAS DE INGRESO, VIVIENDA, SALUD, EDUCACIÓN Y OTRAS.

El reto que enfrentamos no es un reto de parroquia o local. Acercarse a otros paradigmas del quehacer policivo más ajustado a la norma constitucional constituye o debe constituir necesariamente un propósito de integrarnos a las más avanzadas y civilizadas tendencias de desarrollo de la llamada COMUNIDAD INTERNACIONAL . La lectura de los documentos y propuestas que la  POLICIA NACIONAL ha venido divulgando en materia de Derechos Humanos, al igual que la realización de ejercicios como el que hoy nos convoca la Coordinación de DDHH de la REGIÓN TRES DE POLICÍA, nos permite concluir que se marcha con buena voluntad y decisión en esa dirección y bien sabemos que el camino a recorrer no estará libre de obstáculos.

No es pues inconcebible una FUERZA DE POLICIA, unas FUERZAS ARMADAS, cuya misión sea asumida como la de la plena defensa y garantía de los derechos fundamentales acogidos como sustancia del ESTADO SOCIAL DE DERECHO esbozado en la Carta Política de 1991.

Hace ya una buena cantidad de años (febrero 15 de 1996) fui invitado a una conversación con el cuerpo de oficiales del Batallón de Infantería No. 4 Batalla de San Mateo sobre el tema del DIH. Entre los documentos consultados en ese entonces para sustentar nuestro punto de vista desde la academia se encontraban afirmaciones que hacían explicito el compromiso del mando militar con las instituciones constitucionales que no precisamente con los gobernantes de turno. Era esto expresión de una forma de conciencia que infortunadamente no ha tenido el despliegue y vigencia deseable.  Los conceptos de ESTADO – GOBIERNO – RÉGIMEN son confundidos todavía y no es extraño que so pretexto de la defensa del Estado simplemente se está defendiendo un régimen que desconoce cuando no es que vulnera los principios de ese Estado Social de Derecho que deseamos muchos colombianos.

Positivo ha sido el que se hayan producido reiteradas directivas o instructivas a la Fuerza Pública para garantizar el derecho ciudadano a disentir y  manifestar públicamente su inconformidad con la acción de los gobernantes. Esto permite alimentar cierto optimismo sobre la viabilidad de cambios hacia una mejor calidad de vida.

Para el logro de lo anterior puede resultar conveniente partir del supuesto que el integrante de la Fuerza Pública tiene no solo el DEBER sino también el DERECHO a examinar la compatibilidad de las pautas y quehacer de los gobernantes con los principios constitucionales, entendiendo al militar y al policía como CIUDADANOS EN UNIFORME como ciudadanos con derecho a objetar actos o hechos concretos de los gobernantes basados esos cuestionamientos en razones de constitucionalidad.

De lo expresado y a manera de sugerencia respetuosa, resulta oportuno pensar e invitar a:

1.    Revisar los concepto de la no deliberancia y de no participación en política concebidos en los años 50.


2.    Considerar la posibilidad de establecer el derecho de OBJECIÓN DE CONCIENCIA para los integrantes de las FFAA.


3.    Establecer el principio de la corresponsabilidad penal en lo que hace relación al uso de la fuerza.


Guillermo Aníbal  Gärtner Tobón, Profesor Asociado UTP
Actividad realizada en el Auditorio del Comando de la Policía
Avenida de las Américas,  Martes 11 de Agosto de 2009”

 

ACLARACIÓN NECESARIA:

No se trata de generar una conspiración ni invitar a quienes están en servicio activo a participar en este debate político violando disposiciones constitucionales, legales y reglamentarias. No obstante hasta el 20 de junio bien valdría la pena generar acercamientos a las asociaciones de oficiales y suboficiales en retiro, a las familias y amigos de los militares y policías.

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