jueves, 16 de abril de 2015

No continuar la guerra, asumirla y terminarla.








Dejemos esa actitud de aprovechar las muertes para sacar adelante intenciones y bajas pasiones de no pocos vivos "Vivos", muy vivos, además invocadores de espíritus: la memoria de los muertes se torna como pesadilla para los sobrevivientes de esta infamia que también baila, goza deportivamente, tiene cosas muy hermosas y sabrosas para mostrar.

¿Cuántos jóvenes guerrilleros o jovencitas guerrilleras se necesita poner a asar en una parrilla para saciar las apetencias de venganza de los colombianitos (as) puros, castos, uribebestializados (as)?

Sigan muriendo y marchando al combate al son de un himno que no resiste el análisis: ríos de sangre, la virgen arrancándose el pelo, Ricaurte suicidándose para llevarse al infierno a un tanto de españoles, jóvenes embriagados algunos con el grito "mi ambición mas grande .... llegado el caso .... morir por defenderte".


No mas hipocresía, Colombia no necesita de gente capaz de morir por defenderla sino capaces de vivir por y para construirla!.