Apreciada y recordada Familia, señoras y señores:
Nos hemos congregado en este sacrosanto lugar para despedir con las sinceras lágrimas del alma, a quien fuera uno de los más emblemáticos representantes de nuestro muy extenso círculo familiar. Es verdaderamente doloroso tener que admitir que el único motivo de reunión sea esa verdad ineluctable y amarga que llamamos muerte; pero si así tiene que suceder, entonces cumplamos la misión que nos han encomendado nuestros dispares destinos.
Dentro de todo lo maravilloso que realizó Hernán Gártner Posada durante su meritoria existencia, es preciso resaltar en esta luctuosa tarde, dos aspectos, no por considerarlos los más importantes y trascendentales, porque todo en él fue importante y trascendental, sino porque se relacionan directamente con unos objetivos comunes para todos nosotros tanto en el ámbito intelectual como en el espiritual y de manera brillante y sin precedentes en el terreno de los más puros afectos. En primer lugar, la edición, dirección y circulación de NotiGártner, tienen nombre propio, el suyo; a este medio informativo y familiar, único en su género, dedicó sus ya minados esfuerzos y su nunca indeclinable inteligencia; con qué devoción, con qué celo, con que abnegación y con qué eficiencia, lo vimos en un incesante trasegar en busca de financiación, de artículos serios unos, anecdóticos otros, apuntando direcciones, consignando correos electrónicos y, en fin, todo ese andamiaje que configura la noble actividad de un periodismo elegante y veraz, completamente alejado de mezquinas adulaciones y de ridículos hallazgos.
Pero, qué pretendía Hernán con este despliegue portentoso de capacidad y de energía? Cuáles eran sus metas mediatas e inmediatas que con tanta fe se propuso alcanzar? La respuesta es obvia: una sólida integración de la familia que afortunadamente logró ver realizada, a pesar del tiempo, de las distancias y de las naturales dificultades de una labor tan grandiosa pero tan dispendiosa como lo es el periodismo, además, NotiGártner vino a llenar el insondable vacío que produce el desconocimiento de una familia tan numerosa que se ha derramado por toda la geografía de la patria y por muchos sitios del exterior. Por esa integración y por esas luces afectivas valió la pena tanta entrega y tanta devoción.
El otro aspecto no menos significativo, fue el relacionado con el mantenimiento y embellecimiento de este cementerio, íntimo depositario de nuestros amores, de nuestros sentimientos y de nuestras nostalgias. Desde el instante mismo en que Hernán asumió la representación legal de la Fundación Familia Gártner, se sintieron la renovación y los suaves vientos de la modernidad. A los pocos que aún insistimos en permanecer arraigados a esta tierra, nos inyectó la mística necesaria para comprender que el único patrimonio espiritual con valor permanente es el Cementerio Familiar. Por tal razón, los lirios que preludian el acceso a tu morada definitiva inolvidable Hernán, han abierto sus rubias corolas para darte la bienvenida y para susurrarte al oído con sus tiernas voces de fragancias que desde ya y para siempre, serán los celosos guardianes de tu recuerdo. Aquí vas a disfrutar de esa calma y de esa paz que tanto perseguiste en tu peregrinar terreno, con la secreta convicción de saber que los seres que amaste y que te amaron, jamás podremos llenar los espacios abiertos por tu ausencia cruel y dolorosa, porque la limitada razón de los humanos no puede asumir los supremos arcanos de la muerte como el acontecimiento maravilloso de una redención a tantos sufrimientos y se empeña en la mortificación ante lo irremediable.
Tus sueños de quimeras terminaron,
Tu culto a la verdad ahora empieza,
Tu presencia intangible se hace eterna,
Tu alma hecha de luz busca afanosa
La divina mansión de lo infinito.
Chao Hernán y hasta siempre...
Riosucio, Caldas. Febrero 10 de 2008
1 comentario:
Descansa en paz Hernán, fueron muchas charlas y debates.
GHJ
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