lunes, 3 de noviembre de 2008

¿CUÁNDO SE SUPERÓ?
















"2. Lo que se ha dejado reseñado pone en evi­dencia una ' 'justicia'' que ofende la dignidad hu­mana y conturba el espíritu. Es angustioso veri­ficar de qué manera el poder ejecutivo, permitióque bajo su propia "tutela" ocurrieran los he­chos relatados, en nombre de la justicia "rápida y expedita" que deseaba el Gobierno."








"D. De los hechos probados frente al derecho





1. El apoderado del Ministerio de Defensa considera que lo ocurrido a la Dra. Olga López Jaramillo de Roldan y su familia no genera responsabilidad alguna para la Nación. Afirma que se trataba simplemente de las consecuencias nor­males de un proceso judicial y expone entre otras,las siguientes razones:



"No podemos desconocer que desde que existe el Estado, él nació para regular la vida de las personas en sociedad y para aplicar el derecho entre los asociados, cuando fuere necesario, haciendo uso de la fuerza.



Las leyes sin el auxilio de la fuerza, se convierten en ridicula burla.



Para que el derecho no pidiera (sic) su vigencia práctica, pa­ra que sea efectivamente aplicado, el Estado tiene pleno cam­po de intervención y lo cumple con el auxilio de las Fuerzas del orden.



El Estado interviene ante los asociados para la aplicación del derecho en forma coercitiva. Como las leyes hacen parte del or­den jurídico, son susceptibles de ser aplicadas por la fuerza.



Las libertades de los asociados, de los gobernados, están li­mitadas y por eso el Estado limita las libertades individuales haciendo uso del poder sancionador que tiene, y este poder lo deriva de la misma constitución y de las mismas leyes. El Esta­do preside y vigila mediante los diferentes organismos que in­tegran las Fuerzas del Orden, el cumplimiento de las institu­ciones positivas, fijándose como punto de mira y fin único, el bien común, el cual prima sobre los intereses particulares", (fl. 60 C. 1).



2. Lo que se ha dejado reseñado pone en evi­dencia una ' 'justicia'' que ofende la dignidad hu­mana y conturba el espíritu. Es angustioso veri­ficar de qué manera el poder ejecutivo, permitió que bajo su propia "tutela" ocurrieran los he­chos relatados, en nombre de la justicia "rápida y expedita" que deseaba el Gobierno.



3. "... La justicia, mientras con una mano sostiene la balanza con que pesa el derecho, con la otra mano empuña la espada indispensable pa­ra afirmarlo. La espada sin la balanza es violen­cia, fuerza desnuda y bruta; pero la segunda sinla primera seria el derecho impotente. Ambas se pertenecen, se integran y se completan recípro­camente, las condiciones jurídicas perfectas sólo subsisten allí donde la fuerza con la cual la justi­cia sostiene la espada, iguale a la habilidad con que sostiene la balanza". (Rudolfh Von Ihering. La lucha por el Derecho, Buenos Aires, Atlántida, 1954, pág. 37).



Las instituciones democráticas tienen el dere­cho y el deber de defenderse y el ejercicio de tal potestad es perfectamente legítimo; pero lo que resulta inadmisible, contrario a derecho, es que para mantener la democracia y el Estado de De­recho el ejecutivo utilice métodos irracionales, in­humanos, sancionados por la ley, rechazados por la justicia y proscritos mundialmente por todas las convenciones de derechos humanos y que nin­guna concepción civilizada del ejercicio del po­der podría autorizar o legitimar. Eso es justamente la negación de los principios e ideales que se pre­tenden defender y que son la razón misma que justifica la existencia de una sociedad jurídica­mente organizada.


4. Obvio que las instituciones no delinquen lo que explica que las Fuerzas Armadas, como tales no resultan comprometidas en este proceso y continúan siendo soporte respetable e ineludible de la soberanía, la integridad y la supervivencia de la República y de sus instituciones jurídicas.


Son los hombres los que yerran en su conduc­ta y descubriéndolos y sancionándolos se salva­guardia el honor de la institución a que pertene­cen o que conforman. "








































Algunas preguntas:








¿Qué hacian y pensaban los hoy timoneles del régimen (Alvaro y sus muchachos, José Obdulio, Fabio Valencia, etc.) cuando estas aberraciones del Estado-gobierno colombiano se hicieron evidentes?






¿Existe algún escrito, reflexión, conferencia, de alguno de estos "mandatarios" relacionados con el campo de los derechos humanos y las prácticas del terrorismo de Estado en Colombia?






¿Aprendieron algo de las amargas experiencias de las epocas del "estatuto de seguridad"?










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