viernes, 10 de julio de 2009

¿QUÉ HA CAMBIADO?


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Entre julio 8 de 1984 y julio 10 de 2009: 25 años después.





La justicia, la mafia y el banquero



Infortunados días para la justicia y la moral los que esta viviendo Colombia. Infortunados, y anuncio de peores catástrofes si no se reacciona a tiempo, y se tiene el valor civil de oponerse a la injusticia, la violencia y la corrupción. La mafia que todos creíamos acorralada extiende sus tentáculos con audacia insultante, se atreve a todo, y demuestra con los hechos, con la evidencia incontrovertible de los hechos, que no solo sobrevive, sino que su prepotencia invade desafiante las mas altas esferas del Gobierno y pretende establecer un dialogo imposible, de potencia a potencia, entre el poder político del Estado y el contaminante poder de los grandes capos de la delincuencia organizada.


Fue cabalmente el señor Carlos Lehder quien pretendió, primero que todos, condicionar la aplicación de la ley penal en su caso subjetivo a la negativa de su extradición. Su mensaje iba dirigido, nada menos, que al presidente de la República, y quien fuera portador de esa incitación del delito, la complacencia y el dolo, su abogado defensor, sigue tranquilo, sin que su encomienda mereciera la más elemental sanción por haber ofendido en forma grave la ética profesional. Es verdad que el presidente de la Republica ni contestó el atrevido mensaje ni accedió, tampoco, a la solicitud de complicidad que se le proponía. Pero aquel primer paso en falso debió de haber servido, y no fue así, para alertar a la sociedad agraviada sobre la ilimitada capacidad de contagio de que la mafia es capaz, y como en ese propósito no reconoce fronteras ni en el campo moral ni en el político. La verdad es que no se produjo una reacción colectiva contra el proditorio intento, y apenas uno que otro comentario se hizo sentir al desgaire.


Se conoce ahora la insólita propuesta de los que se consideran representantes del 70 por ciento de los narcotraficantes colombianos, hecha por intermedio del procurador general de la Nación y del ex presidente Alfonso López Michelsen, y sobre la cual este diario ha expresado claramente su posición en anteriores editoriales.


Y al propio tiempo se ha conocido una carta del señor Carlos Lehder a don Jaime Michelsen Uribe, otro de los grandes evasores de la justicia colombiana. De acuerdo con el texto transcrito, había una intima conexión de negocios entre el prepotente mafioso de Armenia y el prepotente usufructuario personal del ahorro de los colombianos. Las frases del texto comentado no requieren interpretación y hablan por si solas: "De acuerdo con las conversaciones sostenidas en días pasados"; "igualmente queremos ratificarle nuestro interés de que el Grupo Grancolombiano sea el medio para lograr canalizar nuestros recursos en moneda extranjera", es decir: para el lavado de los dólares; "no sobra agregarle, doctor Michelsen, nuestros mas sinceros agradecimientos por su interés y la magnifica atención prestada a nuestros representantes". Todo lo cual indica que a más de las conexiones conocidas tenia la mafia conexiones evidentes, de poderdante a corresponsal, y de corresponsal a mutuo beneficiario económico, con el gran trust banquero cuyos delitos enjuicia la justicia colombiana. Bajo el preconcebido concepto y la dañada practica de que el dinero no tiene olor.


De esa misma manera penetro la mafia en nuestras campanas políticas, y sedujo por medio de su dialéctica verde y poder de convencimiento a algunos grupos y personajes del tinglado electoral, aunque la comisión nombrada para investigarlo no hubiera alcanzado a establecer la verdad. Corromper a quien ya está corrompido no es un acto sorprendente ni sorpresivo, ni causa más daño moral de cuanto el dano ha causado ya. Pero intentar comprometer a las altas autoridades en sus vejámenes es un desafío al orden público, al normal ejercicio de la democracia y el más audaz golpe que pueda concebirse contra las instituciones nacionales.

















Hay que reconocer que muchas cosas han cambiado, el editorialista fué asesinado, uno de los actores del drama se encuentra entre rejas en los EEUU y del otro no tengo noticia, la población ha aumentado, la miseria de la misma también, hay nuevo gobierno en los USA, pero, EN ESENCIA, ¿QUÉ HA CAMBIADO EN LA VIDA COLOMBIANA?


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BODAS DE PLATA DE UNA DESATENDIDA ADVERTENCIA E INVITACIÓN


"... si no se reacciona a tiempo, y se tiene el valor civil de oponerse a la injusticia, la violencia y la corrupción. La mafia que todos creíamos acorralada extiende sus tentáculos con audacia insultante, se atreve a todo, y demuestra con los hechos, con la evidencia incontrovertible de los hechos, que no solo sobrevive, sino que su prepotencia invade desafiante las mas altas esferas del Gobierno y pretende establecer un dialogo imposible, de potencia a potencia, entre el poder político del Estado y el contaminante poder de los grandes capos de la delincuencia organizada."



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