Este domingo la atención la puse en el “cine en pantuflas” o para contextualizar un poco “cine en chancletas” en la trasmisión del “encuentro” en la arena del poder legislativo en este país y escuchando, mirando, siguiendo los gestos, palabras, expresiones, de los padres de la patria y del ministro de la insalubridad colombiana, lo menos que pudo pasar fue recordar de nuevo y mas que recordar revivir el relato que Goethe nos regaló sobre el bien antiguo relato de las andanzas de Reinecke “Der Fuchs”, el Zorro pero no el de los cuentos mexicanos.
Así las cosas siento el impulso de socializar la recomendación que hace poco hice a mis hijos Federico y Jens para que, si ellos desean comprender los “tejemanejes” de la vida política colombiana (todos pero cada uno por su lado vimos y escuchamos todo o parte del debate trasmitido por el canal del congreso), hicieran la lectura de Reineke el Zorro y para ello hago la siguiente presentación:
Perdonen la calidad de sonido pero créanme que no hay en esto mensajes subliminales :)
Jens acaba de hacerme el favor de trascribir el párrafo final de la obra de Goethe cuya lectura por el diminuto tamaño de la versión “física” que de ella tengo, se me hacia pesada y dándome pereza leongreifiana de activar el escaner, sin mas vueltas copio y pego:
¡Oh y cuán honrado vese Reineke ahora! ¡Aprendan de él todos y sienten la cabeza, y huyan del mal y veneren la virtud! Tal es el sentido de este canto, en que el poeta mezcló ficción y verdad a fin de que pudierais distinguir lo bueno de lo malo y apreciar la prudencia, para que también los lectores de este libro puedan instruirse diariamente sobre el rumbo que siguen las cosas del mundo. Que así el mundo es y así será siempre; y que termina, pues, nuestro romance acerca de Reineke y sus hazañas. ¡Y que Dios nos conceda a todos su santa gloria! ¡Amén!
y así despido esta anotación en la convicción que, con reelección o sin reelección, Reineke seguirá rigiendo en este mundo.
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