En materia de criminalidad entre las estadísticas más confiables se encuentran las proporcionadas por la Policía. No obstante lo que allí aparece constituye apenas la punta del iceberg de un fenómeno que como lo hemos repetido en esta columna, no es patrimonio exclusivo de los colombianos sino que constituye una preocupación universal.
La base real del problema queda en lo que se denominan las "cifras oscuras" o también "campo gris" de la criminalidad constituido por la suma de todos aquellos delitos que no llegan a conocimiento de las autoridades (policía- fiscalía-jueces) y que por consiguiente no quedan registrados estadísticamente. Para ilustrar veamos un caso de posible ocurrencia: Un proyectil calibre 22 ingresa por la axila de un ciudadano que cae fulminantemente muerto. Por circunstancias que los médicos legistas pudieran explicar mejor, no hay emanación de sangre y el cadáver es recogido como si la victima hubiese sufrido un "infarto". No habiendo huellas o indicios de violencia nadie se preocupa por disponer una necropsia y se sepulta al personaje restando así a la estadística un homicidio.
Históricamente y de acuerdo a las características culturales se cita en los textos de criminología varios ejemplos que han escapado a los registros policivos entre ellos algunos del célebre Jack el destirpador. En el libro de Hans Dieter Schwind se cuenta como: "Un hombre muere según diagnóstico del médico por muerte natural. Por razones policivas el cadáver es llevado al anfiteatro para fines de estudio. Profundo en la garganta fue encontrado el pañuelo de la victima. Se trató de un homicidio con fines de robo (hurto agravado)." agregando como, "en 5 casos de muerte por envenenamiento el diagnóstico médico inicial fue de arterioesclerosis, bronquitis crónica, inflamación renal, cáncer estomacal,..... ".En este punto quiero recordar una nota publicada a comienzos de año en este mismo diario con el título "navidades siniestras" donde relacioné algunas posibilidades de homicidios que parecen accidentes.
El caso denunciado por Byloff (citado también por Schwind) sobre la práctica del "Abfüttern" (dar forraje) a la que acudieron algunos finqueros en Europa en el periodo entre las dos guerras mundiales, es especialmente expresivo: a los trabajadores entrados en años y acreedores de prestaciones sociales (pensión/jubilación) se les iba suministrando lentamente lo que en términos parroquiales pudiéramos llamar "la dulce toma" hasta provocar su muerte.
En resumen las estadísticas policivas sin confrontar con las cifras oscuras, reflejan solamente la actividad de la policía y no dimensionan en forma completa el fenómeno de la criminalidad. A propósito: ¿sabe Ud. cuál es el porcentaje de obducciones practicadas sobre el total de pacientes que han dado el salto a través de la oscura portada?, ¿cuántos de ellos de verdad-verdad se han ido y a cuántos simplemente los han despachado sutil y calladamente?.
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