¿QUE DIRIA MARX?
Tuve un sueño fantástico en el cual el espíritu del Prusiano Rojo se dirigía con cierto aire paternal y decembrino al Secretariado de las FARC y les decía: "Habeis involucionado hasta un punto equiparable a la barbarie que pretendías combatir. Habéis devenido en un poder basado en la fuerza de las armas, en la nuda, elemental y brutal capacidad de eliminar físicamente al otro. Sustentado ese poder no en el romántico deseo y aspiración de y por un mundo mejor, sino en el resentimiento por lo opresivo y lesionante del mundo pasado y del actual."
Ese sueño provocó en mi mente la suposición que los colombianos que han sentido y sienten en el régimen burgués vicarial del imperio norteamericano como la mayor ofensa a la dignidad humana, que han pensado y piensan en la conveniencia de su total superación, que pudieron y pueden sentir en el concepto derecho a la resistencia un llamado al compromiso y a la lucha hasta el sacrificio, difícilmente legitimarían o avalarían la táctica y la estrategias actuales de la malamente llamada insurgencia.
Ya no dormido sino simplemente estimulado por lo anterior imaginé que Carlos, el marido de Jenny, de nuevo pero con un tono más enérgico expresó: "Frente al terrorismo de Estado vosotros simplemente habéis instaurado el terrorismo de otro Estado paralelo que en amplias zonas y esferas de la vida colombiana ejerce como poder real. Ante propios y extraños es una realidad innegable que ese terror y expoliación que habéis impuesto en la práctica cotidiana de vuestra guerra, eclipsa el terror, la corrupción, el saqueo, característicos del régimen burgués (liberal-conservador) que pretendéis sustituir".
Me pregunté entonces si "gérmenes" o semillas que todavía pueden haber en algunas o en muchas de esas conciencias y que presumiblemente sustenten el supuesto o presunción de que son una guerrilla marxista, ¿podrán llegar a provocar un cambio de rumbo radical?. Por ejemplo ¿qué tal si ponéis en libertad a todos los que tenéis injusta y arbitrariamente sometidos a esclavitud?, ¿no quedaría así totalmente desnudo el régimen como incapaz de poner fin a los "excesos" de sus servidores traducidos en desapariciones forzadas, ejecuciones extrajudiciales, prisiones arbitrarias, etc.?.
Esta experiencia entre el sueño y la fantasía me condujo a una percepción de los hechos concretos de los secuestros masivos, de las limitaciones absolutas a la libertad de conglomerados humanos en campos y ciudades, como simples actos de horror (mas que de terror) de una insurgencia carpocraciana y no de una guerrilla libertaria de la cual pueda esperarse capacidad ni autoridad moral para presentarse como el medio o agente histórico para llegar a ese ser humano desenajenado y libre, con voluntad y capacidad de realizar plenamente sus capacidades y potencias, del cual habló Marx.
Recuerdo, ya para terminar esta nota, las palabras de D. Cooper "La moral revolucionaria significa conseguir la autonomía y la autonomía, por definición, no puede depender de la disminución de la autonomía de los demás."
Ese sueño provocó en mi mente la suposición que los colombianos que han sentido y sienten en el régimen burgués vicarial del imperio norteamericano como la mayor ofensa a la dignidad humana, que han pensado y piensan en la conveniencia de su total superación, que pudieron y pueden sentir en el concepto derecho a la resistencia un llamado al compromiso y a la lucha hasta el sacrificio, difícilmente legitimarían o avalarían la táctica y la estrategias actuales de la malamente llamada insurgencia.
Ya no dormido sino simplemente estimulado por lo anterior imaginé que Carlos, el marido de Jenny, de nuevo pero con un tono más enérgico expresó: "Frente al terrorismo de Estado vosotros simplemente habéis instaurado el terrorismo de otro Estado paralelo que en amplias zonas y esferas de la vida colombiana ejerce como poder real. Ante propios y extraños es una realidad innegable que ese terror y expoliación que habéis impuesto en la práctica cotidiana de vuestra guerra, eclipsa el terror, la corrupción, el saqueo, característicos del régimen burgués (liberal-conservador) que pretendéis sustituir".
Me pregunté entonces si "gérmenes" o semillas que todavía pueden haber en algunas o en muchas de esas conciencias y que presumiblemente sustenten el supuesto o presunción de que son una guerrilla marxista, ¿podrán llegar a provocar un cambio de rumbo radical?. Por ejemplo ¿qué tal si ponéis en libertad a todos los que tenéis injusta y arbitrariamente sometidos a esclavitud?, ¿no quedaría así totalmente desnudo el régimen como incapaz de poner fin a los "excesos" de sus servidores traducidos en desapariciones forzadas, ejecuciones extrajudiciales, prisiones arbitrarias, etc.?.
Esta experiencia entre el sueño y la fantasía me condujo a una percepción de los hechos concretos de los secuestros masivos, de las limitaciones absolutas a la libertad de conglomerados humanos en campos y ciudades, como simples actos de horror (mas que de terror) de una insurgencia carpocraciana y no de una guerrilla libertaria de la cual pueda esperarse capacidad ni autoridad moral para presentarse como el medio o agente histórico para llegar a ese ser humano desenajenado y libre, con voluntad y capacidad de realizar plenamente sus capacidades y potencias, del cual habló Marx.
Recuerdo, ya para terminar esta nota, las palabras de D. Cooper "La moral revolucionaria significa conseguir la autonomía y la autonomía, por definición, no puede depender de la disminución de la autonomía de los demás."
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