jueves, 1 de enero de 2009

PONER FIN A LA CARNICERÍA

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Gracias a Clara Inés comencé el 2009 informado sobre hechos que definitivamente llevan a fortalecer la idea que como seres humanos somos un proyecto inconcluso y aberrante de modo tal que resulta sano prevenirnos de cualquier optimismo que no esté ligado al propósito o voluntad de una praxis de construcción permanente y nada fácil. De ahí que fortalecí mi discurso resistiéndome al tradicional desear un feliz año para optar por desear que tengamos la energía necesaria para resistir unos tiempos que de felices tienen poco.




El correo de la amiga trajo el siguiente contenido:




" Destruido el centro de salud mental de Gaza


Israel y el síndrome de Gaza




Maria Jose Lera


Rebelión




Las malas noticias no dejan de llegar, el Programa Comunitario de Salud Mental de Gaza (GCMHP por sus siglas en inglés) con quienes la Universidad de Sevilla tiene un convenio de colaboración, también ha sido bombardeado.


Esta institución fundada por el psiquiatra Eyad El Sarraj proporciona servicios psicológicos a la población de Gaza, la más traumatizada y necesitada del planeta. Ya ni esto queda. Su director, Dr. Ahmed Abu Tawahina lo ha comunicado a la prensa.


Todo fue destruido hoy, último día del año 2008; muros, tejados, paredes, ordenadores, archivos, y todo tipo de infraestructura necesario para poder continuar con su actividad. Sólo quedan ruinas en las oficinas donde trabajaban 150 personas, organizaban cursos, videoconferencias, encuentros internacionales y nos enviaban correos describiendo la situación. Ya no hay correo electrónico, ya no hay teléfonos, ya no hay comunicación, ya no queda nada. Afortunadamente ha sido de noche y no ha habido víctimas.


Cuando los servicios de atención psicológica son más desesperadamente necesarios que nunca, les bombardean el centro de operaciones. A pesar de todo el personal continuará con su trabajo, sin edificio, sin informes y sin ordenadores. Dicen que trabajarán desde casa y visitarán hospitales y familias.


El lunes, antes que el edificio fuese destruido, Dr. Tawahina hizo un programa de radio en Gaza para asesorar a los padres sobre cómo actuar para calmar las crisis de pánico de los niños, y cómo darles seguridad durante el interminable bombardeo israelí. "Era difícil encontrar algún consejo útil, aparte de los conocidos como es estar dentro de casa y continuar con actividades para distraerlos". Consejos para situaciones no comparables con las de Gaza, donde no es que tengan que protegerse, es que son intencionalmente atacados.


Nos dice que "Las palabras no pueden reflejar la situación de Gaza; estrés, trauma, inseguridad, son palabras irrelevantes en estos momentos. Es catastrófico. Los padres se suponen deben dar seguridad y proteger a sus hijos, qué ofrecer cuando no se pueden ni proteger a sí mismos. Están desamparados y desesperados."


Los resultados de las investigaciones señalan que el 60% de la población de Gaza sufre de estrés postraumático, que unido a la ruina económica, la crisis social, y la continuidad de los ataques israelíes, da lugar a lo que el Dr. Tawahina denomina "el síndrome de Gaza", que conduce al ser humano a un estado incurable. Pero estas ofensivas israelíes es lo peor que ha visto en su vida.


"La gente en Gaza son animales experimentales; los ponen en una jaula, les dan corrientes eléctricas por todas partes, y se tienen que quedar en la jaula, sin poder hacer nada, sin poder mejorar la situación, simplemente haciendo nada. Esta es la situación de la gente en Gaza." Descripción de Tawahina que nos recuerda el famoso experimento de Martin Seligman (ver nota) que muestra los síntomas de la indefensión aprendida, realizada con perros y que sirvió para fundamentar los principios y efectos de la depresión.


"El síndrome de Gaza" aparece cuando se somete a los seres humanos a una abrumadora secuencia de estímulos negativos y mortales para su vida, sin capacidad de reaccionar ni de controlar mínimamente nada. Un experimento que provoca unos síntomas en la persona que percibe y vive que quieren exterminarla y simultáneamente le impiden hacer nada para evitarlo ni escapar de la situación. Cuando esta situación además se mantiene en el tiempo hasta hacerse crónica, conduce a un extremo de desamparo y desesperación desconocidos hasta ahora en el ser humano.


Pero el experimento israelí en Palestina no termina de funcionar. Parece que los palestinos se niegan a no poder controlar nada, y de una manera u otra y contra todo pronóstico terminan encontrando una pequeña palanca que activar, que les permite percibir que "algo" pueden hacer, que algo pueden aún controlar. Es por ello que lanzan piedras, cohetes, que resisten un bloqueo, que resisten una ocupación, que resisten vivos, y hasta que los exterminen seguirán resistiendo.


Israel olvida que los palestinos son seres humanos.


Maria Jose Lera


Dra. en Psicología


Profesora Universidad de Sevilla


Coordinadora proyecto Sevilla-Palestina




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Y concluyó el saludo de C.I. con la siguiente nota:




* (nota) La Indefensión aprendida fue postulada por el psicólogo Martin Seligman . Seligman exponía a dos perros, encerrados en sendas jaulas, a descargas eléctricas ocasionales. Uno de los animales tenía la posibilidad de accionar una palanca con el hocico para detener esa descarga, mientras el otro animal no tenía medios para hacerlo. El tiempo de la descarga era igual para ambos, ya que la recibían en el mismo momento, y cuando el primer perro cortaba la electricidad, el otro también dejaba de recibirla. En cualquier caso, el efecto psicológico en ambos animales era muy distinto; mientras el primero mostraba un comportamiento y un ánimo normal, el otro permanecía quieto, lastimoso y asustado, con lo que la importancia de la sensación de control en el estado de ánimo parecía demostrada. Incluso cuando la situación cambiaba para el segundo animal, y ya sí podía controlar las descargas, era incapaz de darse cuenta y seguía recibiendo descargas sin intentar nada para evitarlo.




Basado en el artículo http://www.thestar.com/ article/559994




Artículo que copio y pego para "facilidad" de algún lector que desee ir a esa versión original de la denuncia:




"Dealing with psychological aftershocks of bloodshed




JERUSALEM–You could tell from his voice, not to mention his words, that Ahmed Abu-Tawahina was struggling to contain his anger.




"The whole building has been destructed last night by Israeli air jets," he said, in his flawed but evocative English. "All, the whole building, has been destructed – all the walls, the windows, the partitions, the computers."




Tawahina was describing the sorry state of the four-storey building that houses – or used to house – the Gaza Community Mental Health Centre and most of its 150 employees.




Overlooking the Mediterranean Sea in the northern reaches of Gaza City, the building had the misfortune to stand not far from a police post that was destroyed by Israeli bombs late Monday night.




Although the building itself still stands, much of the structure and almost all of its contents have been wrecked.




"I called our major donors this morning – the Swiss, Sweden, Norway, the Dutch," said Tawahina, who by this time had returned to his home in central Gaza after viewing the destruction. "I informed them what had happened."




Fortunately, no one was occupying the building when the bombs hit nearby. The night watchman happened to be outdoors on the opposite side of the structure when the blast occurred.




"The guard took good security measures," said Tawahina.




Or he was simply lucky.




Now, at a time when their services are needed more desperately than ever, the centre's staff must somehow carry on with their duties, without the benefit of their headquarters, their records, or their computers.




"We are going to undertake our responsibilities directly from our homes," said Tawahina. "We will do visits to hospitals and homes."




On Monday, before the loss of his building, Tawahina appeared as a guest on a radio program in Gaza, during which he tried to counsel parents on how to keep their children calm and secure during the relentless Israeli bombardment then entering its third straight day and now beginning its fifth.




He found it difficult to come up with much in the way of useful advice, apart from telling parents to do the obvious – keep their kids indoors, try to come up with some activities to keep them distracted.




"Words cannot reflect the real situation in Gaza," he said yesterday. "`Stress,' `trauma,' `lack of safety' – these are irrelevant words. It is catastrophic. Parents who are supposed to protect their children are unable to protect themselves. The parents are scared themselves."




He had just completed a 40-kilometre round trip by car, a nerve-rattling drive to his ruined office and back, and he was still a little worse for the experience.




"It was risky," he said. "The risk is there in every metre."




According to one recent study, more than 60 per cent of Gaza's 1.5 million people suffer from some form of post-traumatic stress disorder – the result of economic distress, social breakdown, and frequent Israeli military strikes aimed at Palestinian militants and their infrastructure, strikes that often claim civilian lives.




Tawahina has a term for the resulting condition. He calls it the Gaza syndrome, and it so far seems to be an incurable state. But the current Israeli offensive, which has claimed more than 370 lives, is worse than anything he has known.




"Parents are sitting totally powerless, facing their fate," Tawahina said. "The people in Gaza are like experimental animals. Put them in a cage. Expose them to electrical shocks from all sides. Then they will stay in the middle of the cage, helpless and doing nothing.




"This is the situation of the people in Gaza."










Photos of the conflict (some images disturbing)
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No end seen to conflict
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Gaza ground invasion feared
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Bloodied Hamas vows revenge



Fuente: http://www.thestar.com/article/559994




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