Algunas imágenes de referencia para construir la memoria de mi propia vivencia de la división de Alemania, el muro de Berlín, la reunificación y la construcción de Europa.
Ingreso y salida a y de un país del cual se decía nadie podía entrar y menos salir …
Inmersión en una historia compleja. En esta sala escuché el comentario (que si se trataba de un chiste malo o de una verdad histórica no lo sé) acerca de propuestas que producen escalofrío y desconcierto, hechas antes de suscribir los acuerdos para la división de Alemania, como la de castrar a todos los alemanes varones que sobrevivieron la guerra a fin de que no se volvieran a reproducir.
En ese otro mundo entre complejidades históricas, utopías, fantasías, guerra fría, operaciones sicológicas pensé y pensábamos muchos que con el apoyo e impulso de los camaradas alemanes se lograría un mundo en el cual fuera posible el despliegue universal de todas las potencialidades humanas.
La primera vez que miré hacia el Brocken fué desde el oriente cuando visité Wernigerode.
Años después como se ve en la imagen desde el occidente, no fué posible acercarme a la Cancillería del Diablo, allí estaba instalada otra cancillería de otro demonio, el de la guerra fría.
Así las cosas mejor fué recogerme en el afecto de mis Namensveter Otto y Friedrich, y vivir Alemania desde lo mas interior del alma, del sentimiento, de la pasión no desde la arena de la confrontación de sistemas sino desde el hogar y la familiar conjugación de las conciencias.
El 9 de noviembre para el momento de anunciarse la derribada del muro me encontraba en el apartamento de la Lintgasse en la inolvidada Colonia a orillas del Rin.
¿Qué sentí, qué pensé, qué hice?
¿Que siguió luego?
Lo disfruté, pero no me embriagué en la ilusión de una deseable armonía universal y hoy, 20 años después, siento que hice bien pues el mundo no ha dejado de estar dividido, tampoco en Alemania.
Santa Rosa de Cabal, noviembre 7 de 2009
1 comentario:
¡Hay la memoria! Bendita, diría... que nos permite apropiarnos de lo intangible; ser ser y no parecer.
Cierto Guillermo; hay tantos muros que se erigen; desde los muros de los discursos simbólicos; los muros abstractos que al fin se concretizan.
Todo acto humano nos posiciona; resistible o no. Como un muro.
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