miércoles, 28 de julio de 2010

COMIENZA LA ERA DEL TAUROTRAFICO Y DEL TAUROTERRORISMO

 

 

laboratorio copia

Descubierta plaza de toros clandestina en medio de la selva.

Collage gag2010

 

Al comenzar el día y con la noticia de la prohibición de las corridas de toro en algún lugar del mundo, escribí : “Ahora son los toros los protegidos, y ¿quién se preocupará de los toreros?,¿Cuándo se prohibirá matar gallinas, cerdos, pavos, cangrejos, ranas? Y, ¿la vida de las lechugas, las zanahorias, las papas, los espárragos? ¿Que diferencia esencial existe entre darle muerte a un toro en el ruedo, a un tigre en una cacería, y a una pulga escondida entre nuestros pantaloncillos o medias?”

Previendo reacciones anoté adicionalmente:

Una respuesta posible, lo del toro o del tigre será un asesinato, unos crímenes agravados; aplastar entre las uñas una pulga independientemente de las ganas y sevicia con la cual lo hagamos será un acto de legítima defensa. El toreo (que no me gusta) podría continuarse dotando u obligando a los toros a llevar chalecos antibanderillas y dispositivos antisables o como se llame esa vaina con la cual los dejan indiferentes.

 

Una muy querida amiga escribió:

 

Es diferente coger los frutos de un árbol......porque el árbol sigue viviendo..........

 

 

entonces le respondí:

 

Entre tantos opciones opto por la antropofagia, morder -como decía Tejada- unas mejillas sonrojadas, unas orejitas bien hechas, degustar unos labios antes de devorar todo el cuerpo, no es algo de todos los días. Y, piénsalo bien Constanza, lo que pasa con el árbol es como ocurre con toda vida, sigue muriendo :)

 

 

- y siguió Constanza:

 

vivir y morir hacen parte del proceso de la vida, es verdad......pero no es lo mismo talar un árbol para sacar sus frutos........que recoger unos frutos..........mmmmmmmmm ??????????

 

-  me salió entonces esto:

 

guillotina copia

 

Constanza, cuentan que la guillotina fue creada por razones humanitarias, yo tuve un sueño en el cual la primera cabeza desprendida por la lluvia fria (De Greiff) al caer a la canasta miró al verdugo, sin ira y sin rencor, y le sacó la lengua :) ,.. aquí venia cuando llega mi hijo Jens y al participarle este dialogo enfáticamente expresa que cualquier persona civilizada debe repudiar las corridas de toros y que ningún argumento de mi parte le podría llevar a modificar esa posición, subidas y bajadas de tono que le dan sonoridad y ritmo a la conversa y la fueron haciendo intensa y potencialmente extensa. La charla pasando por entre las galleras, las peleas de perros, el boxeo, el circo de pulgas, los destinos vitales ("esos toros no nacieron para ser muertos violentamente, para ser asesinados, matados"), hizo parir los demonios interiores y afloraron cuestiones como que ahora con la PROHIBICIÓN va a surgir el TAUROTRAFICO Y EL TAUROTERRORISMO. Como quiera que es previsible que cambie la política antidrogas y con ello desaparezca por sustracción de materia EL NARCOTRAFICO Y EL NARCOTERRISMO, con las nuevas figuras o tipos penales de lo "tauro", la industria o complejo militar-industrial y lo que de este medra, no va a tener perdida y los aviones fantasma y espías ya no se programaran para encontrar laboratorio de coca sino plazas de toros.

 

 derecho a embestir

 

 

Jens se fue a su cuarto, yo continúe este apunte, no se dio ni se trataba tampoco de lograrlo, un acuerdo o pensamiento o sentimiento de unanimidad, no se sometió Jens por temor reverencial ni yo me impuse como titular de la patria potestad, algunos toros siguen y seguirán pastando sin saber que terminaran convertidos en babe-beef o acompañando una bandeja paisa, otros echando ojo a la ternera del potrero vecino, Jens no ira a corridas de toros, yo tampoco, me parecen expresión de .... y de ... y de..., pero es problema de cada quien y no hay sentido en aplaudir que algunos hombres decidan prohibir y con ello penalizar, castigar, a quienes no sienten ni piensan como ellos. Que el Gran Hermano se ocupe de mantener bien las carreteras, los hospitales, dotar bien las escuelas, pero que guarde distancia con las expresiones libres del alma humana, de los gustos, las pasiones, etc.

Acaba de pasar un cuervo frente a mi ventana y me informó que en el DAS se hacen cambios, para en lugar de tener programadas las chuzadas para detectar conversaciones, los equipos y sus operadores puedan escuchar y descifrar bramidos y los mensajes subliminales entre Olé y Olé y después un pasodoble, OOOOOOOOleeeeeeeeeé.

Si alguien que lea esto piensa, este Guillermo si que es boludo :) si la prohibición no fue aquí en Colombia, le aclaro que eso es claro, ¿claro?. Pero que llega o puede llegar a oídos de cualquier Valencia Cossio con cualquier otro nombre que ocupe el lugar del personaje este cruzado contra la dosis personal etc. etc., y entonces, una vez más la estupidez humana se tornará en razón de Estado.

 

 

Y, colorín colorado este apunte para hoy está terminado. Buena noche.

 

 

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pelea de toros copia

 

Fragmento tomado, adoptado y adaptado PELEA DE TOROS

 

Se vende espacio para construir una plaza de toros bajo tierra, con todas las comodidades, aire mas puro que en la superficie, bares libres de toda restricción, niñas y niños, ortodoxos y heterodoxos facilitadoras y facilitadores de orgasmos de toda naturaleza, demonios inspiradores, una verdadera oportunidad para pecar libremente.

 

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Noticia: Fue detenido y se allanó a los cargos el nuevo zar de las banderillas. Su confesión y animo de colaborar con la justicia le hace acreedor a gozar de libertad 200 años más.

 

 laboratorio clandestino banderillas copia

Descubierto laboratorio clandestino para la producción de banderillas.

 

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SABADO EN LA TARDE  Y NOCHE

 

sigue la “conversa”:

 

-Con mi hija Maria Ester:

 

“pues a mi sea lo que sea, estoy en acuerdo con la prohibición del toreo, no porque no se cometan actos de crueldad contra otros "seres" sino por esa aceptación tan abierta cuasi celebración de esas ceremonias! igual quisiera que se prohibieran muchas otras cosas... o mejor aún que la prohibición no fuera necesaria, que fuera por simple lógica que el hombre renunciara a la crueldad! (crueldad en este caso entendida como la muerte de un ser hecha espectáculo, cosa que ha ocurrido incluso con personas, incluso en la actualidad en nuestras sociedades, pero no entro mas en temas delicados)”

Además, el hecho de no se estén limitando todo tipo de torturas, no significa que no sea bueno que se limite una de ellas. Claro esta, que aunque se prohibiera en todo el mundo los que quieran hacerlo lo siguen haciendo de manera ilegal. Pero ya era justo que se le quitara el apoyo oficial a semejante acto tan horrible!!!!! que además de los que supuestamente lo consideran un "arte" (absurdo) tiene una influencia económica grande.

 

 

toreo toro hombre1pastel

 

-Con mi hija Anneli:

 

“desde cuando piensas así de blanco y/ o negro? claro que hay diferencias, no es nada nuevo, en Alemania por ejemplo existen regulaciones para cuando al matar a un animal no se le torture innecesariamente. ES OBVIO QUE ES DIFERENTE MATAR POR... MORBO, VIENDO MORIR Y DESANGRAR LENTAMENTE A UN ANIMAL, O DEGOLLARLO DE UNA PARA QUE NOS SIRVA DE ALIMENTO, O VESTIDO, O MEDICINA. es mas, tu que eres investigador podrías averiguar que existen estudios demostrando la correlación entre las leyes de protección a los animales y las sociedades mas justas y humanas. ES UNA COSA DE ETICA! Y NI HABLAR DE LAS PELEAS DE GALLO, y que no se prohíban ES UNA SENAL DE POBREZA INSTITUCIONAL.

- respondí así:

Lo que pienso hija es que estos asuntos deben ser materia de desarrollos y evoluciones en las culturas y no de atribuciones de detentadores de maquinarias de castigo. Las comunidades humanas pueden y deberían -es de mi gusto- generar esas trasformaciones para superar lo puramente límbico, la herencia del pleistoceno, los atavismos neandertalenses y pare de contar. La Humanidad (que entre "cadenas" goza, asi el himno dice gimen, pero ese gimen podria ser suspiran extáticamente) es la especie animal de menos años en este planetica, y todavia en muchas sociedades se exalta la masacre intra-especie como actos de heroísmo, de sacrificio, de libertad, y siga por ahí. Las corridas y todas esas cosas me parecen -para mi gusto- de "mal-gusto", primarias, cuando todos en casa se probaban ponchos, preparaban la manzanilla, hacían mil poses con los sombreros para salir para La Corrida a Manizales, yo me ponía a leer la Jóven Guardia, Así se Templó el Acero, y me extasiaba pensando contribuir a la liberación de la humanidad, a la generación de unas condiciones en las cuales fuera posible para todo individuo la expansión y disfrute de todas sus potencialidades en las artes y del principal de ellos, el arte de vivir bien. No es la relación del hombre con el animal que de alguna manera es la relación del animal consigo mismo lo que provoca estos pensamientos, es la relación del ser humano consigo mismo mediatizada en los gobiernos que pretenden representar la esencia del ser constituido políticamente, del Estado. Este es el punto de discusión.

 

-Y, luego se expresó así la amiga Constanza:

 

HOLA GUILLERMO ANIBAL:


Crece la audiencia en torno a la discusión sobre las corridas de toros.


De la manera que abordamos o sentimos la discusión, es la manera en que nuestros ancestros se hacen presentes en nuestras mentes, la tauromaquia en todo caso.......no la inventamos nosotros ( los que estamos en este momento viviendo en este plano), ha sido un ritual o rito sagrado a lo largo de la historia........no quiere decir que nosotros también lo queramos o no continuar.........pertenecen a la imaginería colectiva y es la manera en que el hombre ha ordenado su vida en el mundo, su percepción del mundo y su manera de vivir en él, se aleja de lo sagrado y convierte a todo en bien utilitario.


Esta investigación me la envió Bonnell mi primo y contribuye con ello a la discusión del momento.


paz y armonía en tus acciones


Constanza

 

-Así que son de pegar los documentos compartidos por Constanza:

 

La Tauromaquia: un rito sacro

Carlos Gabriel Luna Escudero

Pachacamac03@hotmail.com

Hace miles de años, por efecto de un tercer movimiento de la tierra, que provoca la precesión de los equinoccios, el sol abordó el equinoccio de primavera, en el signo del zodiaco que recibe el nombre de Tauro. Este signo de la constelación celeste fue considerado como el signo del sol primaveral, del sol fecundador, del Dios sol. El reconocimiento popular y los homenajes rendidos al Sol, se dirigieron naturalmente hacia el signo del zodiaco que era su símbolo, hacia el signo del Toro, el cual siendo partícipe, en alguna forma, de la acción del sol fecundador fue, en este aspecto, identificado con el astro. Se le rindieron honores y se le atribuyeron sus virtudes, poder y beneficios. Este signo abandonó el objeto significado, se convirtió en un dios y se adoraron las representaciones del Toro celeste. El entusiasmo religioso fue más lejos; no sólo se adoraban las representaciones del Toro zodiacal, sino que incluso un toro vivo gozaba de honores divinos. Fue así como el toro, la bestia mágica, signo dibujado, pintado o esculpido, en los zodiacos artificiales, fue identificado con el sol de primavera, se convirtió en TORO-SOL y , metamorfoseado en toro vivo, fue adorado como un dios, un dios solar.

Como vemos, muy lejos se remonta la religión del toro, se pierde en los tiempos. El mazdeísmo profesaba que el toro había sido el primer ser vivo creado. El Indra védico es el Toro divino, como Marduk o Anu en Babilonia, como Horus en Egipto. Heliópolis era un centro de adoración del Toro de Ra. Los hebreos tomaron prestado de los egipcios del becerro de oro. Hace 6 mil años en Creta, radiante cuna de la civilización pre-helénica se celebraba el culto al toro con ejercicios taurinos. En Grecia, Júpiter tomaba la forma de toro para seducir a Europa. Pasifae se entregaba a un toro blanco, que la hacía madre del Minotauro. En Tesalia, las tauro-catapsias eran análogas a la tienta hispánica y a la ferrade de la Camarga. Los germanos adoraban a Thor o toro, cuyo ídolo se encontraba en Upsal en el templo del sol. Según Diodoro de Sicilia, el toro en Hispania tuvo carácter sagrado desde que Hércules, fundador de Sevilla, regaló tres toros a un reyezuelo nativo. Fue Julio César el introductor de los combates de toros en Roma donde perduraron hasta el final del Renacimiento. Los romanos tuvieron su toro expiador y reparador. Los monumentos simbólicos al Dios-Sol Mitra muestran un toro que es sacrificado y cuya sangre purificaba a aquellos sobre los cuales se extendía : el Taurobolio.

El Mitraismo fue aquella religión que en un cierto momento amenazó el triunfo del cristianismo. Como bien escribió Renán “si el cristianismo hubiese sido detenido en su marcha por alguna enfermedad mortal, el mundo habría sido mitriaco.” El culto del dios sol-Mitra pasó directamente del mundo indo-ario al latino, su vehículo de expansión fueron las legiones romanas que lo acogieron muy entusiastamente pues se trataba de un dios protector de los guerreros, rasgo que lo acompañó siempre e hizo de su religión un culto vinculado a la milicia. Esta religión, que embriagara a las legiones romanas, pasó a la plebe y a las clases superiores llegando a contar con el favor imperial. Cómodo se hizo iniciar en las ceremonias sangrientas de la liturgia y entonces los altos dignatarios del Imperio siguieron su ejemplo y se convirtieron en celosos guardianes del culto al dios-sol Mitra. Mitraismo y Cristianismo lucharon con dureza a causa justamente de sus analogías . El clero mitraista reprochaba a los cristianos que tomaban de su religión muchas cosas, entre otras que plagiaron, en su purificación por la sangre del cordero, la purificación por la sangre del toro. Sin embargo el cristianismo, tras muchos combates, termina prevaleciendo; el emperador Constantino se convierte a la religión de Cristo dándole un enorme impulso. En cuanto pueden, los cristianos, a su vez se convierten en perseguidores y dan muerte a los mitraistas. Pero este culto solar estaba profundamente arraigado; el cristianismo tuvo que conservar e integrar elementos de la religión del dios-sol Mitra, para conformar un sistema en mayor o menor medida sincrético, como son sincréticos todos los sistemas culturales. De ahí viene, tras muchas confrontaciones marchas y contramarchas, una especie de entendimiento entre la Iglesia Cristiana y la supervivencia tauromáquica del mitraismo. La fe en el toro muerto santamente pasaba del taurobolio y del mitraismo al culto cristiano. El Imperio muerto se alzaba de su tumba para desposarse con la Iglesia viviente que había querido matar.

Pío V excomulgó a los taurinos. La excomunión fue suprimida por Gregorio XIII. Pero Sixto V, dirigiéndose al obispo de Salamanca, la había restablecido . El claustro salmantino se niega a obedecer y es el gran Fray Luis de León quien redacta la protesta. Hasta que por fin Clemente VIII reconoce que las corridas son una escuela de valor, que pertenecen al patrimonio de España y levanta la excomunión. Entonces comenzó, para continuar hasta nuestros días, la comunión de Iglesia y Tauromaquia.

¿Qué es lo que representa el toro en la conciencia de los hombres? La energía primitiva y salvaje y al mismo tiempo la ultra potencia fecundadora. El hombre debe conducir y disciplinar la fuerza con la inteligencia, debe ennoblecer y sublimar el sexo con el amor. Le corresponde vencer en sí mismo la animalidad primigenia, los elementos taurinos que hay en él: la adoraciön de la fuerza erótica y muscular igualmente agresivas. Su antoganista más evidente en su voluntad de purificación es el toro. La corrida es la representación pública y solemne de esa victoria de la virtud humana sobre el instinto bestial. Así pues la corrida de toros, a pesar de sus acompañamientos espectaculares, es en realidad un misterio religioso, un rito sacro. Con sus subalternos o acólitos, el torero es una especie de sacerdote de los tiempos paganos, pero al que el cristianismo ya no puede condenar. El torero es el ministro cruento en una ceremonia de fondo espiritual, su estoque no es otra cosa que el descendiente supérstite del cuchillo sacrificial que utilizaban los antiguos sacerdotes paganos. Y así como también el cristianismo enseña a los hombres a liberarse de las sobrevivencias bestiales que hay en nosotros, nada tiene de extraño que pueblos católicos como los nuestros, en Europa y en la América española, concurran a este rito sacro, aun cuando no comprendan con claridad la íntima significación del mismo. Si no con su inteligencia, con sus entrañas, saben que desde hace miles de años adoran al Sol y al toro.

© Carlos Gabriel Luna Escudero 2002

Espéculo. Revista de estudios literarios. Universidad Complutense de Madrid

El URL de este documento es http://www.ucm.es/info/especulo/numero20/val_otro.html

“El clero mitraista reprochaba a los cristianos que tomaban de su religión muchas cosas, entre otras que plagiaron, en su purificación por la sangre del cordero, la purificación por la sangre del toro.”

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El clásico Arte Taurómaco es ciertamente algo Iniciático y relacionado con el Culto Misterioso de la Vaca Sagrada...

Ved; el ruedo Atlante del Templo de Neptuno y el actual, ciertamente no son sino un Zodíaco Viviente, en el que constelado se sienta el honorable público. El Iniciador o Hierofante es el Maestro, los banderilleros de a pie, son los Compañeros. Los picadores, a su vez, los Aprendices. Por ello estos últimos van sobre el caballo, es decir, con todo el lastre encima de su no domado cuerpo, que suele caer muerto en la Dura Brega.

Los Compañeros, al poner las banderillas o bastos ya empiezan a sentirse superiores a la fiera, al Ego Animal; es decir, que son ya a manera del Arjuna del «Bhagavad Gita», los perseguidores del Enemigo Secreto, mientras el Maestro, con la capa de su Jerarquía o sea con el dominio de Maya y empuñando con su diestra la Espada Flamígera de la Voluntad, resulta a la manera del Dios Krishna de aquel viejo poema, no el perseguidor, sino el matador del Yo, de la Bestia, horripilante monstruo bramador que también viese en el Kameloc o Kamaloka el propio rey Arthurs, jefe supremo de los insignes Caballeros de la Mesa Redonda.

Es pues, la resplandeciente Tauromaquia Atlante, un Arte Regio profundamente significativo, por cuanto nos enseña a través de su brillante simbolismo, la Dura Brega que debe conducirnos hasta la Disolución del Yo (Bibl. Las 3 Montañas).

Autor: Samael Aun Weor.

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Lo digo yo y no solo yo. Desde el principio de los tiempos, el ser humano se ha alimentado, vestido y calzado con los bóvidos, los ha adorado y venerado, y a ellos debe en gran medida la supervivencia de nuestra especie.

En todos los pueblos y culturas ha sido simbolo del poder y de la fertilidad. En la tauromaquia actual se encuentran elementos que señalan influencias desde la religión animista hasta el mitraísmo y el cristianismo actual.

¿Qué pensáis que simboliza la coleta de los toreros?

El origen sagrado del toro

En torno al toro existen numerosas pinturas rupestres en que abundan las representaciones del uro (el toro de lidia actual procede del extinto uro) localizadas en gran parte de Europa y, de manera especial en España, Italia y Suiza. Según numerosos arqueólogos, estas figuras fueron realizadas con finalidades mágicas para propiciar la existencia de una abundante caza.

Es muy sugerente la hipótesis de que la primera corrida de toros provenga de los pueblos atlantes. Y es que en el Critias y en el Timeo, en los diálogos de Platón, se nos dice que los diez reyes de la confederación atlante se reunían una vez al año para dirimir los problemas de su alianza. Y el filósofo ateniense, que había recibido estas informaciones vía Solón, a través de los conductos herméticos del Antiguo Egipto, nos dice literalmente que para celebrar este acontecimiento organizaban los atlantes una ceremonia durante la cual el matador, trapo en mano, degollaba a una res luego de capturarla con arreglo al ritual programado.

Sí hay constancia del nacimiento del toro como animal sagrado durante la era de tauro -que corresponde a los años 4513 a 2353 antes de Cristo-. En todas las culturas mediterráneas y en el mundo celta, la creencia mágica en las virtudes genéticas del toro y su transmisión al hombre, le hicieron figura sacra y objeto de culto de numerosos ritos religiosos y celebraciones festivas. Una pequeña muestra es el mazdeísmo que profesaba que el toro había sido el primer ser vivo creado. El Indra védico es el Toro divino, como Marduk o Anu en Babilonia incluso como Horus en Egipto. Heliópolis, por ejemplo, era un centro de adoración del Toro de Ra.

Hace seis mil años en Creta, radiante cuna de la civilización pre-helénica, se celebraba el culto al toro con ejercicios taurinos realizados por acróbatas femeninos. Es posible que hubiese una relación entre Creta y el sur de España y hay dos modos de interpretar las rústicas figuras taurinas de la Edad de Bronce en España: como valor autóctono o influencia cretense. Según Diodoro de Sicilia, el toro en Hispania tuvo carácter sagrado desde que Hércules, fundador de Sevilla, regaló tres toros a un reyezuelo nativo.

El culto del dios sol-Mitra pasó directamente del mundo indo-ario al latino, su vehículo de expansión fueron las legiones romanas y tenía al toro como centro de sus ritos. El clero mitraista reprochaba a los cristianos que tomaban de su religión muchas cosas, entre otras que plagiaron, en su purificación por la sangre del cordero, la purificación por la sangre del toro. En el momento en que el emperador Constantino se convierte a la religión de Cristo se intenta acabar con estos ritos. Pero este culto solar estaba profundamente arraigado y el cristianismo tuvo que conservar e integrar elementos de la religión

LA TAUROMAQUIA Y LA CONSTRUCCION DE ESPEJOS

Nora Núñez

La tauromaquia y la construcción de espejos

A la Fiesta hay que darle el sentimiento dramático y artístico que requiere. Uno puede estar en la plaza a las seis de la tarde y a las seis y un minuto en la presencia de Dios

Manolete

Según Aristóteles la tragedia representa las acciones de la vida del hombre; pero este hombre construido metafóricamente, es decir, hecho personaje, es un ser éticamente superior a cualquier otro y sus acciones son tan nobles que producen en el espectador temor y compasión, a partir de lo que se entiende un proceso de catarsis, de purificación. La tragedia ática, que no es un género sino una forma de vida, tiene su origen en los ritos en honor a Dioniso, dios de la pérdida de la individualidad que significa la embriaguez.

Dioniso. Aquél dios que experimenta en sí los sufrimientos de la individuación, del que mitos cuentan que siendo niño fue despedazado por los Titanes y que en ese estado es venerado como Zagreo. Su sufrimiento equivale a una transformación en aire, agua, tierra y fuego; por tanto hemos de considerar el estado de individuación como fuente y razón primordial de todo sufrimiento. De la sonrisa de ese Dioniso surgieron los dioses olímpicos, de sus lágrimas los seres humanos (El origen de la tragedia 97).

Pero Dioniso no existe sin Apolo. El Apolo como dios de las fuerzas y artes figurativas, tiene la misma significación que el sol, que es el bello sueño, “la mirada, lo bello y la apariencia delimitan el ámbito del arte apolíneo; es el mundo transfigurado del ojo que en sueños, en los párpados crea artísticamente” (241).

Apolo y Dioniso son dos divinidades que están en tensión. Eso es lo que se imita en la tragedia, lo que se representa: la vida se hace soportable porque el hombre, el artista, es capaz de crear sobre ella, apariencia, belleza.

Nietszche toma en préstamo a los griegos presocráticos estas dos divinidades, Apolo y Dioniso y los vinculó no sólo al origen de la tragedia sino al desarrollo del arte, por lo tanto de la vida misma:

"Mucho es lo que habremos ganado para la ciencia estética cuando hayamos llegado no sólo a la intelección lógica, sino a la seguridad inmediata de la intuición de que el desarrollo del arte está ligado a la duplicidad de lo apolíneo y lo dionisíaco: de modo similar a como la generación depende de la dualidad de los sexos, entre los cuales la lucha es constante y la reconciliación se efectúa sólo periódicamente"(El origen de la tragedia 40)

En su libro Espejo de la tauromaquia Michel Leiris (París, 1901-Essonne, 1990) reconoce en la fiesta brava un carácter y una estructura semejante a la tragedia griega, en donde esa especie de tensión entre los dos polos que constituyen el mundo se unen, donde angustia, temor, valor y belleza se mezcla con la sangre que emana de la víctima en sacrificio. En este sentido, el arte tauromáquico es uno de los grandes y últimos reductos que nos remiten a la celebración de nuestro origen: es la representación de un ritual sagrado en el que se mezclan la creación, la vida y la muerte, el elemento orgiástico, el sacrificio como un ritual de sangre avalado por la comunidad que no sólo lo observa sino que, como en la tragedia ática, lo experimenta como una catarsis que permite la purificación a partir de la comunión de los polos en tensión.

La tragedia, como la tauromaquia son representaciones del sacrifico primigenio, que en algún momento no sólo dio sentido al mundo sino que configuró su orden cíclico y cuya vivencia en los pueblos antiguos significaba la preservación de la vida misma, del ordenamiento del mundo.

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En Espejo de la tauromaquia para Michel Leiris la fiesta brava, que el autor separa de sus múltiples aspectos folklóricos y turísticos, como toda celebración de origen sagrado, ritual y festivo es uno de los acontecimientos privilegiados que nos descubren a nosotros mismos en virtud de alguna afinidad o alguna analogía secreta, que aparecen con más intensidad que los demás, como experiencias cruciales o revelaciones (17), como la experiencia neuménica, ese atisbo de gracia que nos pone en contacto directo con la divinidad.

La experimentación directa de este tipo de manifestaciones que irrumpen en nuestra vida diaria a manera de prodigios nos colocan de manera en tangente en relación al mundo y uno mismo, en un espacio en el que uno se toca y toca al mundo sin cortarlo (tangente: del latín tangere), momento en el que nos sentimos colmados de armonía en un breve estado de intensidad, de paroxismo, aproximados al Dios de Nicolás de Cusa, cruce entre caminos, intersección de trazos, bifurcación de trayectorias, pivote o solar en que se encuentran todos los que llegan , que se define como el punto tangente del cero al infinito (15).

Es la llamada fiesta brava, entonces, la única manifestación de carácter sagrado, que funciona en un esquema análogo al de la tragedia, que cobra “el aspecto de uno esos hechos reveladores que iluminan ciertas partes oscuras de nosotros mismos, en la media que actúan por una especie de simpatía o de semejanza y cuyo poder emotivo se debe a que son espejos que conservan, ya objetivada y como prefigurada, la imagen misma de nuestra emoción” (19).

La tauromaquia, que es más, mucho más que un deporte o un arte, tiene un carácter trágico que le es inherente -doblemente trágico porque hay sacrificio, un sacrificio que implica un riesgo inmediato para la vida del torero u oficiante que, de no ser superado, puede colocarlo en ese otro lado que ocupa el ser sacrificado, la víctima.

Valdría la pena recordar que la mayoría de los considerados grandes matadores han muerto en el ruedo, convirtiéndose en víctimas sacrificatorias, pero también algunas veces fundidos en el paroxismo de la muerte, eliminando la fisura: Manolete*, a partir de quien el toreo se revolucionó, “murió matando y mató muriendo”, fundido en un acto tangencial respecto al mundo:

En el sacrificio, no solamente hay un desnudamiento, sino que además se da muerte a la víctima... La víctima muere, y entonces los asistentes participan de un elemento que esa muerte les revela. Ese elemento podemos llamarlo, con los historiadores de las religiones, lo sagrado. Lo sagrado es justamente la continuidad del ser revelada a quienes prestan atención, en un rito solemne, a la muerte de un ser discontinuo (El erotismo, Bataille 27).

Esa comunión extrema, intima y total de la muerte, no puede darse sino en la muerte, en la desaparición de los seres separados. De tal forma que entre el toro y el torero, entre permanecer vivo y morir restableciendo el orden, existe una separación necesaria, una fisura, “una delgada separación que crea un abismo infranqueable entre esos dos términos: el ‘más acá’ y el ‘más allá’ (Leiris 43) que Bataille en El erotismo llamó lo profano y lo sagrado:

El mundo profano es de las prohibiciones. El mundo sagrado se abre a unas transgresiones ilimitadas. Es el mundo de la fiesta, de los recuerdos, de los dioses (72)

Toda creación artística debe especular necesariamente acerca de la existencia de esa fisura que marca la intrusión de la desgracia en la belleza perfecta, en la convivencia de contrastes apolíneos y dionisíacos, vividos por los dos dentro del ruedo desde la tensión que se establece entre el movimiento del toro y el quedarse quieto del torero haciendo que el primero acuda siempre a sus llamadas y se separe de ellas, estableciendo una relación entre tangencia y convergencia y acercándose a ese momento en el que los hombres poseen concordancia con la animalidad y la naturaleza, es decir, en el momento en que son completos y absolutos, divinos: en el mero instante de la transgresión.

Pero estar dividido no proporciona estados placenteros, sino sufrientes. La unión consigo mismo no existe más que de manera ilusoria, en el sueño y en el acto amoroso, que no tiene como fin la reproducción de la vida misma y que se constituye por tanto como sagrado, que es además la fusión con ese algo encarnado que representa al “el otro”, al mundo, al cosmos, a la divinidad. La unión real y concreta consigo mismo, y con ese otro sea lo que fuere, acaso es la muerte: la única certeza posible en la vida. La unión con el otro es asimismo un ensayo de integración perpetua. que nos coloca por encima de la fisura que divide lo sagrado de lo profano, porque la vida que entraña la muerte da la ilusión de descubrirnos a nosotros mismos, pues es la relación vital que el hombre establece respecto a la muerte su principal referencia de finitud, aquello que no le está determinado en ningún tiempo y en ningún espacio.

La tauromaquia, entonces, es más que un arte porque cuenta con una serie de pliegues que perturban nuestra concepción misma de belleza pura, apolínea, pliegues que significan una especie de fisura, “una gota de veneno, una pizca de incoherencia” (lo que recuerda el presupuesto niezscheano sobre que el mito trágico sólo puede ser posible gracias a la representación simbólica de la sabiduría dionisíaca por medios artísticos apolíneos, El origen de la tragedia 174).

Pero la manera en que el hombre ha ordenado su vida en el mundo, su percepción del mundo y su manera de vivir en él, se aleja de lo sagrado y convierte a todo en bien utilitario. Por ello manifestaciones como la fiesta brava, que lo hacen experimentar la tangencia respecto al mundo por un instante, luego del acto sacrificatorio, la vida vuelve a ser la misma, y cada uno se coloca en el lado que le han hecho saber que le corresponde en el orden del mundo: las más de las veces el toro muere y el torero regresa a ser un hombre común como quienes lo observan y festejan su faena, se lava la sangre del traje de luces y de las manos y se reintegra a lo profano, al mundo, como lo hacían a modo de expiación aquéllos cazadores y guerreros considerados sagrados sólo por el hecho de otorgar la muerte (Bataille 78).

En el arte, como en la tauromaquía, lo que constituye a la belleza no es sólo el contacto de elementos opuestos, sino su propio antagonismo, la manera activa en que el Uno tiende a irrumpir en el Otro, a imprimirse en él como una herida, una depredación... así lo bello sólo existe en función de lo que se destruye y de lo que se regenera, a modo de catarsis, de purificación, como en la tragedia ática.

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Los momentos en que el hombre se siente tangente respecto al mundo, donde integra totalmente el lado profano y el sagrado de su existencia, están caracterizados por una fisura donde convergen lo izquierdo y lo derecho del mundo, la bipolaridad de lo dionisíaco y lo apolíneo, que en el arte, en la construcción de espejos, se conjuntan porque todo acto bello debe contener la gota de veneno que hable de la fisura trágica de la conciencia humana y la revele en el instante del paroxismo.

Todos estos elementos están contenidos en el acto erótico que significa la fiesta brava, una de las más altas manifestaciones donde se asiste, como en la tragedia ática, a un ritual, completamente codificado pero al fin un ritual, donde la belleza base de la faena constituye un acto sacrificatorio, una catarsis, una perfecta y llana purificación que permite luego el reintegrarse a la vida normal. Un acto de valor donde el torero, como todo artista, se coloca frente a su propio morir y lo transgrede matando para poder seguir viviendo. Donde la izquierda del pase por naturales da muestra de valor y el riesgo coquetea con la derecha, con el otro de los extremos del mundo en la posibilidad de una desgracia latente.

A la luz de estos puntos de vista, la reflexión de actos fundacionales de la vida no apunta hacia la comprensión del arte ni de la naturaleza del hombre sino a examinar toda vivencia desde el caro acto pasional, festivo y primitivo del desgarramiento y del paroxismo.

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Digamos, con Leiris, que construir espejos es tarea del artista: espejos que reflejen su propia condición humana y la proyecten en manifestaciones que contengan la recreación de sus fisuras con respecto a lo más profundamente sagrado del origen, de su origen cuyo recuerdo se ha perdido en lo utilitario, eso con lo que vivimos profanándonos cada día.

Espejos que arrojen luz, como un prodigio, sobre la vida cotidiana y hagan que en ésta se sienta tangencialmente plena respecto al mundo. Espejo: espectáculo, puesta en escena, poesía, pintura, obra de arte.

Bibliografía:

Aristóteles. El arte poética. México, D.F.: Espasa Calpe, Colección Austral, 1997.

Bataille, George. El erotismo. Barcelona: Tusquets, 2000.

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Leiris, Michel. Espejo de la tauromaquia. México: Aldus, 1998.

Niezstche, Friedrich. El origen de la tragedia. Barcelona: Alianza, 1984

Mitraísmo

Mithra y el toro

Se denomina mitraísmo (en persa: مهرپرستی) a una religión mistérica surgida en la época helenística (probablemente en el siglo II a. C.) en el Mediterráneo oriental, desde donde se difundió en los siglos posteriores a todo el Imperio Romano.

Alcanzó su máxima difusión en los siglos III y IV d. C., época en que se convirtió en una fuerte competidora del cristianismo. Tuvo especial implantación entre los soldados romanos. La práctica del mitraísmo, como la de todas las religiones paganas, fue declarada ilegal en el año 391 por el emperador Teodosio.Tabla de contenidos [ocultar]

Orígenes del mitraísmo

Mitra es una divinidad indoirania cuyo origen puede remontarse hasta el segundo milenio adC. Su nombre es mencionado por primera vez en un tratado entre los hititas y los Mitani, firmado hacia 1400 a. C. En la India, figura en los himnos védicos como dios de la luz, asociado a Varuna. En los Avesta iranios es un dios benéfico, colaborador de Ahura Mazda, y recibe el sobrenombre de "juez de las almas". Es posible que su culto llegase a Occidente desde Irán gracias a la difusión del zoroastrismo, del que sería una especie de herejía. Sin embargo, los estudios actuales del mitraísmo tienden a considerar que no puede admitirse una filiación directa entre el Mitra indoiranio y el del mitraísmo, al que a veces denominan Mitras o Mithras, usando la forma griega de su nombre para diferenciarle del primero.

Principios del mitraísmo

La información existente sobre el mitraísmo (bastante fragmentaria) se refiere a su práctica durante el Bajo Imperio Romano. Era una religión mistérica, de tipo iniciático, basada en la transmisión oral y ritual de iniciado a iniciado, y no en un cuerpo de escrituras sagradas, por lo que la documentación escrita concerniente al mitraísmo es prácticamente inexistente. El estudio de esta religión se ha basado sobre todo en la iconografía que decoraba los mitreos.

El mitreo

El culto de Mitra se realizaba en templos denominados mitreos (latín mithraeum, pl. mithraea). Estos espacios eran en un principio cavernas naturales, y, más adelante, construcciones artificiales imitándolas, oscuras y carentes de ventanas. Tenían una capacidad limitada; la mayor parte de ellos no podían acoger a más de treinta o cuarenta personas.

En un mitreo típico pueden distinguirse tres partes:

La antecámara

El "spelaeum" o "spelunca" (la cueva), alargada sala rectangular decorada con pinturas y dos largas banquetas a lo largo cada una de las paredes para los banquetes sagrados.

El santuario, en el extremo de la cueva, en el que estaban el altar y la imagen -en pintura, bajorrelieve o estatua exenta- de Mitra dando muerte al toro, conocida como Mitra Tauróctonos.

Se han encontrado mitreos en muchos de los países que pertenecieron al Imperio Romano. Algunos han sido convertidos en criptas bajo iglesias cristianas. La mayor concentración de mitreos se encuentra en la capital, Roma, pero también se han descubierto en lugares tan distantes entre sí como el norte de Inglaterra y Palestina. Su distribución por la geografía del Imperio está en relación con los cuarteles e instalaciones militares.

Mitología e iconografía

No hay textos sobre el mitraísmo escritos por los propios adeptos, por lo que las únicas fuentes para conocer esta religión son las imágenes sagradas encontradas en los mitreos.

1. Relato mítico

Según el relato que ha podido reconstruirse a partir de las imágenes de los mitreos y los escasos testimonios escritos, el dios Mitra nació cerca de un manantial sagrado, bajo un árbol sagrado, de una roca (la petra generatrix; Mitra es llamado de petra natus). Esto enlaza con las tradiciones armenias de la cueva de Meher (Mitra). En el momento de su nacimiento llevaba el gorro frigio, una antorcha y un cuchillo. Fue adorado por pastores poco después de su nacimiento. Bebió agua del manantial sagrado. Con su cuchillo, cortó el fruto del árbol sagrado, y con las hojas de ese árbol confeccionó su ropa.

Encontró al toro primordial cuando pastaba en las montañas. Lo agarró por los cuernos y lo montó, pero, en su galope salvaje, la bestia lo hizo desmontar. Sin embargo, Mitra siguió aferrado a sus cuernos, y el toro lo arrastró durante mucho tiempo, hasta que el animal quedó exhausto. El dios lo agarró entonces por sus patas traseras, y lo cargó sobre sus hombros. Lo llevó, vivo, soportando muchos padecimientos, hasta su cueva. Este viaje de Mitra con el toro sobre sus hombros se denomina transitus.

Cuando Mitra llegó a la cueva, un cuervo enviado por el Sol le avisó de que debía realizar el sacrificio, y el dios, sujetando al toro, le clavó el cuchillo en el flanco. De la columna vertebral del toro salió trigo, y vino de su sangre. Su semen, recogido y purificado por la luna, produjo animales útiles para el hombre. Llegaron entonces el perro, que se alimentó del grano, el escorpión, que aferró los testículos del toro con sus pinzas, y la serpiente.

2. Iconografía

Tauroctonía

Algunas pinturas muestran a Mitra transportando una roca a su espalda, como Atlas en la mitología griega, o portando una capa cuyo forro interior representa el cielo estrellado. Cerca de un mitreo próximo a la Muralla de Adriano se halló una estatua de bronce de Mitra emergiendo de un anillo zodiacal en forma de huevo, hoy conservada en la Universidad de Newcastle. Una inscripción encontrada en Roma sugiere que Mitra podría identificarse con el dios creador del orfismo, Fanes, quien surgió del huevo cósmico al principio del tiempo, dando existencia al universo. Refuerza esta opinión un bajorrelieve del Museo Estense, en Módena, donde se ve a Fanes surgiendo de un huevo, rodeado de los doce signos del Zodiaco, en una imagen muy similar a la conservada en Newcastle.

La imagen central del mitraísmo es la tauroctonía, o Mitra Tauróctonos, que representa el sacrificio ritual por Mitra del toro sagrado. Esta representación tiene elementos iconográficos fijos: Mitra aparece tocado con un gorro frigio y mira a su víctima con compasión; en muchas representaciones, la cabeza de Mitra al tiempo del sacrificio del toro se gira hacia atrás como si cumpliese la inmolación a disgusto. Inclinado sobre el toro, lo degüella con un cuchillo sacrificial; de la herida del toro mana grano; junto al toro, figuran varios animales: un escorpión, que aprieta con sus pinzas los testículos del toro; una serpiente; un perro, que se alimenta del grano que brota de la herida; y un cuervo. A veces aparecen también un león y una copa. La imagen está flanqueada por dos personajes portadores de antorchas, llamados Cautes y Cautópates en los que se ha apreciado por algunos autores la doble epifanía de Mitra. La escena aparece situada en una especie de cueva, tal vez la representación del propio mitreo, o, según algunas interpretaciones, del cosmos, al estar presentes el sol y la luna.

3. Interpretaciones

Franz Cumont, autor de un estudio clásico sobre la religión de Mitra, interpreta esta imagen a la luz de la mitología irania. Vincula la imagen con textos que se refieren al sacrificio de un toro por Ahriman, el dios del mal; de los sangrientos restos del toro nacerían después todos los seres. Según la hipótesis de Cumont, Ahrimán sería después sustituido por Mitra en el relato mítico, y en esta forma habría llegado al Mediterráneo oriental.

Estatua de Mitra en los Museos Vaticanos

David Ulansey lanzó una explicación radicalmente diferente de la imagen de Mitra Tauróctonos, basada en el simbolismo astrológico. Según su teoría, la imagen del Tauróctonos es la representación de Mitra como un dios tan poderoso que es capaz de transformar el orden mismo del Universo. El toro sería el símbolo de la constelación de Tauro. En los comienzos de la astrología, en Mesopotamia, entre el 4000 y el 2000 a. C., el Sol estaba en Tauro durante el equinoccio de primavera. Debido a la precesión de los equinoccios el Sol está en el equinoccio de primavera en una constelación diferente cada 2.160 años, aproximadamente, por lo que pasó a estar en Aries hacia el año 2000 a. C., marcando el final de la era astrológica de Tauro.

El sacrificio del toro por Mitra simbolizaría este cambio, causado, según los creyentes, por la omnipotencia de su dios. Esto estaría en consonancia con los animales que figuran en las imágenes de Mitra Tauróctonos: el perro, la serpiente, el cuervo, el escorpión, el león, la copa y el toro se interpretan como las constelaciones de Canis Minor, Hydra, Corvus, Escorpio, Leo, Acuario y Tauro, todas ellas en el ecuador celeste durante la era de Tauro. La hipótesis explicaría también la profusión de imágenes zodiacales en la iconografía mitraica. La precesión de los equinoccios fue descubierta y estudiada por el astrónomo Hiparco de Nicea en el siglo II a. C.

Otra interpretación considera que el sacrificio del toro representa la liberación de la energía de la Naturaleza. La serpiente, como en el símbolo del Ouroboros, sería una alusión al ciclo de la vida; el perro representaría a la Humanidad, alimentándose simbólicamente del sacrificio, y el escorpión podría ser el símbolo de la victoria de la muerte. Los dos compañeros de Mitra, que portan teas y se llaman Cautes y Cautópates representarían respectivamente la salida y la puesta del sol.

Para los fieles, el sacrificio del toro tenía sin duda un carácter salvífico, y la participación en los misterios garantizaba la inmortalidad.

Niveles de iniciación

En el mitraísmo existían siete niveles de iniciación, que pueden estar relacionados con los siete planetas de la astronomía de la época (Luna, Mercurio, Venus, Sol, Marte, Júpiter y Saturno), en este mismo orden, según la interpretación de Joseph Campbell. La mayoría de los miembros llegaban sólo el cuarto grado (leo), y sólo unos escogidos accedían a los rangos superiores. Los niveles, conocidos gracias a un texto de San Jerónimo que confirman varias inscripciones, eran los siguientes:

Corax (cuervo).

Cryphius (κρύφιος) (oculto). Otros autores interpretan este rango como Nymphus (esposo).

Miles (soldado). Sus atributos eran la corona y la espada.

Leo (león). En los rituales presentaban a Mitra las ofrendas de los sacrificios.

Perses (persa)

Heliodromus (emisario solar). Sus atributos eran la antorcha, el látigo y la corona.

Pater (padre). Sus atributos (el gorro frigio, la vara y el anillo) recuerdan a los del obispo cristiano.

En los ritos, los iniciados llevaban máscaras de animales relativas a su nivel de iniciación y se dividían en dos grupos: los servidores, por debajo del grado de leo y los participantes, el resto.

Los rituales

Para la reconstrucción de los rituales mitraicos, se cuenta únicamente con los textos de los Padres de la Iglesia que critican el mitraísmo, y de la iconografía encontrada en los mitreos.

Las mujeres estaban excluidas de los misterios de Mitra. En cuanto a los varones, parece que no se requería una edad mínima para ser admitido, e incluso fueron iniciados varios niños. La lengua utilizada en los rituales era el griego, con algunas fórmulas en persa (seguramente incomprensibles para la mayoría de los fieles), aunque progresivamente se fue introduciendo el latín.

El banquete de Mitra en un bajorelieve que se conserva en el Museo del Louvre

Parece ser que el rito principal de la religión mitraica era un banquete ritual, que pudo tener ciertas similitudes con la eucaristía del cristianismo. Según el comentarista cristiano Justino, los alimentos ofrecidos en el banquete eran pan y agua, pero los hallazgos arqueológicos apuntan a que se trataba de pan y vino, como en el rito cristiano. Esta ceremonia se celebraba en la parte central del mitreo, en la que dos banquetas paralelas ofrecían espacio suficiente para que los fieles pudieran tenderse, según la costumbre romana, para participar del banquete. Los Cuervos (Corax) desempeñaban la función de servidores en las comidas sagradas. El rito incluía también el sacrificio de un toro. También se sacrificaban otros animales.

La estatua de Mitra Tauróctonos desempeñaba sin duda un papel en estos ritos, aunque no está muy claro cuál. En algunos mitreos se han descubierto pedestales giratorios, que permitirían mostrar y ocultar alternativamente la imagen a los fieles.

En algún momento de la evolución del mitraísmo, se utilizó también el rito del taurobolium o bautismo de los fieles con la sangre de un toro, practicado también por otras religiones orientales. Conocemos por Tertuliano la severa condena cristianas a estas prácticas.

Otros ritos debieron estar relacionados con las ceremonias de iniciación. Gracias a Tertuliano, se conoce el rito de iniciación del Soldado (Miles): el candidato era "bautizado" (probablemente por inmersión), se le marcaba con un hierro candente y por último se le probaba mediante el "rito de la corona" (se le colocaba la corona en la cabeza, y el neófito debía dejarla caer, proclamando que Mitra era su corona). Posteriormente los iniciados asistían a una muerte ritual y simulada, en la que el oficiante era un pater, posiblemente ligada a la reencarnación como último paso de la ceremonia iniciática. En el grado de Leo, sabemos por Porfirio, que se colocaba miel en la lengua de los recién nacidos y que esta práctica procede del culto iranio en la que la miel representaba la luna. Para los iniciados mayores se vertía la miel sobre las manos y éstos la lamían como señal de comunión. Seguramente, cada nivel de iniciación tendría su propio ritual.

Festividades

El 25 de diciembre (coincidiendo aproximadamente con el solsticio de invierno) se conmemoraba el nacimiento de Mitra. También eran sagrados los días 16 de cada mes. Los adeptos de Mitra santificaban también el domingo, día del Sol.

Historia del Mitraísmo

Antes de Roma

En la Persia aqueménida la religión oficial era el zoroastrismo, que postula la existencia de un único dios, Ahura Mazda. Esta divinidad es la única mencionada en las inscripciones que se conservan de la época de Darío el Grande (521-485 a. C.). Sin embargo, se conserva una inscripción, hallada en Susa, de la época de Artajerjes II (404-358 a. C.), en la que se menciona a Mitra junto a Ahura Mazda y a otra deidad llamada Anahita.

Moneda con el rostro de Mitrídates VI del Ponto, también apodado Eupator

¿Existe vinculación entre este Mitra persa, y sus antecesores indoiranios, y el de la religión mistérica del Imperio Romano? Así lo creyó el iniciador de los estudios sobre la religión mitraica, Franz Cumont, pero en la actualidad la cuestión dista de estar clara.

Un posible indicio de la vinculación entre el Mitra persa y el romano puede encontrarse en los reinos de Partia y Ponto, muchos de cuyos reyes llevaron el nombre de Mitrídates, quizá relacionado etimológicamente con Mitra. Por otro lado, en Pérgamo, en Asia Menor, escultores griegos produjeron los primeros bajorrelieves con la imagen de Mitra Tauróctonos. Aunque el culto de Mitra no tuvo apenas difusión en la Hélade, estas imágenes marcan tal vez el camino de Mitra hacia Roma.

La primera referencia en la historiografía grecorromana al culto de Mitra se encuentra en la obra del historiador Plutarco, quien menciona que los piratas de Cilicia celebraban ritos secretos relacionados con Mitra en el año 67 a. C.

El mitraísmo en el Alto Imperio Romano

Es probable que los introductores del mitraísmo en el Imperio Romano fueran los legionarios que habían servido a Roma en las fronteras orientales del Imperio. Las primeras evidencias materiales del culto de Mitra datan del año 71 o 72 de nuestra era: se trata de unas inscripciones hechas por soldados romanos que procedían de la guarnición de Carnuntum, en la provincia de Panonia Superior, y que probablemente habían estado antes en Oriente, en guerra contra los partos y en los disturbios de Jerusalén.

Hacia el año 80 de nuestra era, el autor romano Estacio menciona la escena de la tauroctonía en su Tebaida (I, 719,720). Plutarco, en su Vida de Pompeyo, deja claro que el culto de Mitra era ya conocido en su época.

A finales del siglo II el mitraísmo estaba ampliamente difundido en el ejército romano, así como entre burócratas, mercaderes y hasta entre los esclavos. La mayor parte de las evidencias arqueológicas proceden de las fronteras germanas del Imperio. Pequeños objetos de culto relacionados con Mitra se han encontrado en excavaciones arqueológicas desde Rumania hasta la Muralla de Adriano.

El Mitraísmo en el Bajo Imperio

Los emperadores del siglo III fueron en general protectores del mitraísmo, porque su estructura fuertemente jerarquizada les servía para reforzar su propio poder. Así, Mitra se convirtió en el símbolo de la autoridad y el triunfo de los emperadores. Desde la época de Cómodo, que se inició en sus misterios, los adeptos del culto procedían de todas las clases sociales.

Numerosos mitreos han sido hallados en las guarniciones de frontera del imperio. En Inglaterra, han sido identificados al menos tres, a lo largo del Muro de Adriano, en Housesteads, Carrawburgh y Rudchester. Restos de otro mitreo han sido descubiertos en Londres. Otros santuarios de Mitra erigidos en esta época se encuentran en la provincia de Dacia (donde se halló en 2003 un mitreo en Alba-Tulia), y en Numidia, en el norte de África.

La mayor concentración de mitreos, sin embargo, se encuentra en la propia Roma, y en la cercana ciudad portuaria de Ostia, con un total de doce templos identificados, aunque posiblemente existieron varios centenares. La importancia del mitraísmo en Roma puede juzgarse a partir de los hallazgos: más de 75 piezas escultóricas, un centenar de inscripciones, y ruinas de templos y santuarios por toda la ciudad y sus suburbios. Uno de los mitreos más destacados, que conserva el altar y los bancos de piedra, se construyó originalmente bajo una casa romana (lo que parece haber sido una práctica habitual) y sobrevive en la cripta sobre la que se construyó la Basílica de San Clemente, en Roma.

Difusión y espacio religioso del mitraismo

En el periodo de máximo esplendor, se considera que el mayor número de templos mitraicos en Roma no era superior a cien, y que cada uno de ellos no tenía más que un centenar de fieles, por lo que el volumen de practicantes se reduciría a unos diez mil en la metrópoli, según Windengren. La importancia otorgada al mitraismo en el Imperio romano viene dada por su abierta competencia con el cristinanismo y su condición de religión militar fuertemente implantada en las legiones, más que por el número de adeptos.

Final del mitraísmo

A finales del siglo III se produjo un sincretismo entre la religión mitraica y ciertos cultos solares de procedencia oriental, que cristalizaron en la nueva religión del Sol Invictus. Dicha religión fue establecida como oficial en el Imperio en el año 274, por el emperador Aureliano, quien erigió en Roma un espléndido templo dedicado a la nueva divinidad, y creó un cuerpo estatal de sacerdotes para rendirle culto, cuyo máximo dirigente llevaba el título de pontifex solis invicti. Aureliano atribuyó a Sol Invictus sus victorias en Oriente. Este sincretismo, sin embargo, no conllevó la desaparición del mitraísmo, que siguió existiendo como culto no oficial. Muchos de los senadores de la época profesaron al tiempo el mitraísmo y la religión del Sol Invictus.

Sin embargo, este período marcó el comienzo de la decadencia del mitraísmo, a causa de las pérdidas territoriales que el Imperio sufrió como consecuencia de las invasiones de pueblos bárbaros, y que afectaron a territorios fronterizos donde el culto estaba muy arraigado. La competencia del cristianismo, apoyado por Constantino, robó adeptos al mitraísmo. Hay que tener en cuenta que el mitraísmo excluía a las mujeres, que sí tenían derecho a participar en el culto cristiano. El cristianismo desplazó al mitraísmo durante el siglo IV, hasta convertirse en la única religión oficial del Imperio con Teodosio (379-395). Hubo algunos intentos de revitalizar el culto de Mitra por parte de Juliano "el Apóstata" (361-363) y del usurpador Eugenio (392-394), pero no tuvieron demasiado éxito. El mitraísmo quedó formalmente prohibido desde el año 391, aunque probablemente su práctica clandestina se mantuvo durante algunas décadas.

El mitraísmo sobrevivió aún hasta entrado el siglo V en algunas regiones de los Alpes, y volvió a la vida, tenaz pero efímeramente, en las regiones orientales del Imperio, donde se había originado. Tuvo un importante papel en el desarrollo del maniqueísmo, religión que resultaría otra dura competidora para los cristianos.

Véase también: Edicto de Tesalónica

Similitudes con Religiones Modernas

Los estudios arqueológicos e históricos recientes han estado mostrando que durante los tiempos precristianos existían en Egipto, regiones del medio oriente y el Mediterráneo varias corrientes religiosas con un núcleo de miembros formando sociedades secretas practicando ritos en los cuales se usaban simbologías basadas en las posiciones de las constelaciones, los planetas, el sol y la luna. Unos enfocados en el sol, otros en algún arreglo de las constelaciones, otros enfocados en planetas, etc. Es también posible que tales sociedades secretas antiguas hayan tenido una raíz común en aquellos que estudiaban y registraban el movimiento de las estrellas. Ellas proporcionaron muchas de las alegorías que todavía se utilizan en las religiones abiertas y cerradas modernas, e incluso en instituciones no religiosas como la Masonería.

Similitudes con el Cristianismo [editar]

La influencia del mitrismo en el cristianismo se debió gracias a la Iglesia Católica, la cual adoptó muchas ideas no bíblicas para su religión, como por ejemplo, el 25 de diciembre como fecha de nacimiento del Mesías, aún cuando la Biblia jamás menciona la fecha de nacimiento de Jesucristo.

Tras su nacimiento, Mitra fue adorado por pastores.

El transitus (viaje de Mitra con el toro sobre los hombros) recuerda al Vía Crucis del relato evangélico.

El mitraísmo era una religión de salvación: el sacrificio de Mitra tiene como finalidad la redención del género humano.

Mitra recibía los apelativos de La Luz, La Verdad y El Buen Pastor.

El banquete ritual de los fieles de Mitra tiene similitudes con la eucaristía cristiana.

El día sagrado del mitraísmo era el domingo.

El nacimiento de Mitra se celebraba el 25 de diciembre.

Los atributos del pater -máximo nivel de iniciación en el mitraísmo- eran el gorro frigio, la vara y el anillo, muy similares a la mitra, el báculo y el anillo de los obispos cristianos.

 

 

-Nelson Bohórquez expresó:

 

Después de leer el blog, me vino a la cabeza el recuerdo de varios documentales e incluso un capítulo de Los Simpson donde la prohibición del alcohol produjo (como era de esperarse) la aparición del tráfico ilegal. La pregunta que yo me hago es entonces ¿Es la prohibición la mejor opción? o tal vez ¿el control?

-Y, Erik Galantini agregó:

Sobre las prohibiciones o no...Las culturas muchas veces parten a través de ellas.

John Arias escribió:

El arte incomprendido, una mala interpretación del humanismo, un sentido ecológico capitalista que le atribuye personalidad a los animales haciendo del mundo una fábula cargada de ironías.

 

-  el amigo Jorge Iván Ballesteros se expresó así:

jajajjajajajajaa.... para meditar Prof. Gärtner. Por lo pronto, la tortura se va extinguiendo desde algunas festividades y manifestaciones culturales. Y ahora quien podrá defendernos.

 

 

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DOMINGO EN LA TARDE

 

 

Texto leído:

“Nada ilustra mejor la conducta de los llamados tiranos que las relaciones entre Solón y Pisístrato. Cuando se planteó, en­tre los griegos, la necesidad de constituciones y leyes normales, vemos surgir los legisladores y regentes de los Estados que im­ponen al pueblo leyes y lo gobiernan con arreglo a éstas. La ley, como norma general, se le antojaba al individuo, y se le si­gue antojando hoy, como una violencia  sobre todo cuando no ve la ley o no la comprende; se le antojaba así al pueblo todo, primero, y luego solamente al individuo; y fue, como sigue siendo hoy, necesario empezar haciendo violencia al individuo hasta que llega a comprender, hasta que ve en la ley su propia ley y deja de ver en ella algo extraño e impuesto desde fuera”

Hegel, G.W.F. Lecciones sobre la Historia de la Filosofía. Tomo I. pág..147 Fondo de Cultura Económica. México, 1977.

 

 

ricardo ginebra

Mi tío Ricardo Gärtner Gómez y un toro que habla por si mismo.

 

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