Escrito mío publicado no se cuándo ni en qué medio :) pero podría ser de hoy por este medio, de hecho lo esta siendo (das Seiende):
Cuando hablamos de de totalitarismo estamos generalmente pensando en la supresión de la libertad bien supremo, como relación material del hombre con su entorno social y natural que vale la pena ser conservada y pocos son quienes están dispuestos a sacrificarla al deseo de poder de un individuo o grupo de tales.
La expresión misma se presta a múltiples interpretaciones según se conciba la realidad del hombre. La lucha por la libertad en todos sus aspectos (económica, política, espiritual, personal, nacional) se refleja así en la historia del pensamiento, en la historia de la filosofía entendida como la consideración reflexiva del hombre sobré sí mismo y el universo (Weltanschauung).
Aristóteles (Nikomachische Ethik, III, 3) diferenció el comportamiento libre del hombre del actuar involuntario siendo este último el ocurrido bajo la fuerza y con base en la ignorancia, relacionando directamente el acontecer libre (la libre decisión), con el saber o conocimiento de las particularidades de la acción.
Esta concepción indudablemente es limitada. La libertad en épocas posteriores y como concepto que desarrolló el catolicismo se ha entendido como pura libertad espiritual cuya meta final y más elevada sería Dios con la muerte y de acuerdo a la existencia terrenal llevada por el hombre (su espíritu, el alma) alcanzaría tal meta, la Iglesia sería mediadora, conductora además, en ese devenir hacia la libertad, hacia Dios. En cualquiera de estas concepciones está ausente la consideración de la libertad como fenómeno social. Son concepciones individualistas, personalistas, que en todas formas han contribuido a darle realidad al concepto.
En los momentos de Rompimiento con la herencia feudal, los ideólogos de la "burguesía" reelaboraron el concepto de libertad como exigencia social que representaba indudablemente la instauración de nuevas formas de dominación. Spinoza toma la libertad como relación dialéctica frente a la necesidad objetiva, esto es frente a lo que ocurre fuera de la conciencia del individuo aislado. Decía este filósofo que "designo una cosa como libre cuando existe y actúa a partir de la necesidad de su naturaleza". Voluntad y entendimiento serían la misma cosa, la libertad crecería, germinaría, al unísono con el entendimiento humano.
Kant, y lo que pudiéramos generalizar como la filosofía clásica y alemana, se ocupa de criticar las limitaciones del determinismo mecanicista, y sobre el concepto de libertad y su realidad, el filósofo de Koenigsberg planteó que siendo el hombre ciudadano de dos mundos, el mundo natural de los fenómenos y el mundo inteligible de las cosas en sí (Dinge an sich), estaría por lo primero causalmente determinado pero en cuanto a lo segundo podría el hombre realizar la libertad corporizada en la ley moral (Sittengesetz). Fichte llegó a absolutizar la libertad como actividad creativa del "Yo" (Ich), fue Hegel quien por fin toma la libertad como una categoría histórica retomando la idea de Spinoza como relación dialéctica frente a la necesidad.
Nuestra Constitución Nacional, producto de hombres influidos por el pensamiento revolucionario europeo, consagra el ejercicio de las libertades individuales aunque en forma bien contradictoria pues la libertad, el ente social, de la nación, que tendría expresión en la soberanía parece en cuanto a su ejercicio real, devenida de Dios y, precisamente de un Dios particular cuyos representantes (vicarios) serían los de la Iglesia Católica (apostólica y Romana) con carácter de exclusividad. Y, digo que esto es contradictorio cuando pienso en la garantía constitucional de la libertad de conciencia la cual estaría de hecho (legalmente), anulada por la primera determinación.
Esa contradicción llega a cobrar particular vida cuando observamos cómo en nuestro medio se habla por los supuestos hombres libres, de ideologías foráneas, de los peligros del materialismo, del miedo ante el avance de las ideas comunistas, ¿o será esto, libertad de conciencia? ¡Oh, libertad!
Ahora tendrá mucho que decir sobre la libertad (no precisamente sobre él predio rural tan famoso de su hijo) el ex-presidente López a quien la Iglesia Católica (sus representantes) ha replicado fuertemente ante su planteamiento de una separación entre Estado e Iglesia. A lo mejor esta discusión constituya elemento motivador hacia la revitalización y modernización de nuestro Liberalismo. Objeto de tratamiento posterior será la libertad de los pueblos de darse el sistema social, la organización política que deseen.
Mientras tanto y como bien apenas anhelado porque no realizado en nuestro país para las mayorías nacionales, termino diciendo, ¡Oh, libertad!
***
No hay comentarios:
Publicar un comentario