hegeliando: feliz navidad

 

 

 

TESIS

 

 

 

ANTITESIS

 

SINTESIS

 

 

 

 

 

 

 

EL MUNDO ES REPRESENTACIÓN, y esto no es de Hegel. ¿Pudo serlo?

 

 

 

¡FELIZ NAVIDAD!

 

 

 

 

 

¿CUÁL Y PARA QUIÉN FELIZ NAVIDAD?

Cada año, una vez cada año, mas de un “compatriota” macho o hembra, reblandece su corazón y se acuerda del primo, hermano, tía, sobrino o sobrina, cuñado o compadre, que está llevado del diablo, el pobrecito o la probrecita pariente “de malas” y que además no se dejó o no se deja ayudar. Independiente si el alma la llenan con las notas de sofisticados villancicos que reflejan la estratificación del sentimiento religioso porque ha nacido el niño, etc., o encienden su espíritu con la exclamación quiero mi aguinaldo aunque sea poquito veinticinco arepas y un marrano frito, o recrean su conciencia con la misa criolla, villancicos gitanos, los poseidos del Espíritu navideño compran la colcha que suponen alegrará al pariente pobre vergonzante, el buda que le alentará la esperanza en la suerte a la tia Elisa, esconden en algún armario hasta el 24 la “ancheta con vinos dulces y galletitas rellenas de crema” que alegrará la vida a la familia del primo Lucas, el pobre que lo cogió la droga y lo volvió mierda.

Del Espíritu Navideño no escapan guerrillos, paracos, milicos y otros “actores” del Conflicto Armado. En las operaciones sicológicas de la época se involucra a Santa Claus, a la Virgen y San José y al niño que está en la Cuna.

En ese segmento o masa de la clase media lava carros que algunos creen despareció del país, es el momento de saber gastar bien la prima, irse para Santa Marta, gozar de la vida como se tiene merecido, a sabiendas que a partir del 6 de enero y hasta el 6 de diciembre tendrá que seguir pariendo micos, pedaleando, llevando la vida como les tocó. Para algunos es el momento de “aceptar” la cabaña que el tío traqueto les ha ofrecido con tanta insistencia para que la usen cuando quieran. Las campanas navideñas, el Espíritu de Navidad, invitan a dejar de lado toda clase de prejuicios como los cultivados luego de la muerte de Don Pablo, la caída de los Orejuelas, etc. etc. ,

Para algunos entre los “dueños del balón” la Navidad es la Navidad, las ventas aumentan, se reciben los dividendos y rendimientos de las inversiones hechas, se cambia modelo de carro, y además se tranquiliza la conciencia porque se visitó y se dio el detallito a la hermana tan pendeja que se casó con un maestro de escuela y además comunista.

Todo lo anterior son ocurrencias salidas mientras me ponía en condiciones de expresar mi deseo navideño inspirado por un demonio interior no exorcisable, es que la clase dirigente colombiana, los sumos sacerdotes del régimen puestos al desnudo por uno de sus desertores asesinado a pocos días de semejante impudicia, no tenga tranquilidad ni paz en sus atrofiadas conciencias, que el sentimiento atormentador de la Mala Conciencia les puye el alma, les haga pensar con sentido pragmático que es la hora de finiquitar el imperio de la doble moral, que se entienda que la pobreza del pariente aquél y del “allegado” Pascual, en buena parte es producto de la riqueza y poder acumulado por el Gerente, el Director, el Jefe, el Patrón, el Duro, el ex- , que la prima paraca se está jugando la vida por él así como el primo que está prestando el servicio, que le asalte la perversa idea de que el sobrino guerrillo hasta tiene razón, y que al “el otro” (sic) que mejor no menciono, definitivamente no le quedaba nada más que hacer …

Deseo en esta Navidad que la especie colombiana puesta al descubierto de manera ostensible gracias al “caso” ya encajonado de Santofimio, estimulada o provocada con el “escándalo” en curso de la parapolítica (el paramilitarismo es la continuación de la política por y con otros medios, diría mi paisano Clausewitz), no tenga tranquilidad en esta Navidad ni paz el próximo año 2007, que se le revuelva el alma, que el 31 se les aparezca el Diablo y que sus integrantes se den cuenta por fin que tanto chivo expiatorio degenera y acaba con la institución misma del cabrito paganini, que es el momento de quitar máscaras y reconocerse como seres sociales que deben ser superados y que ellos mismos pueden hacer ese trabajito.

Guillermo Aníbal Gärtner Tobón

Diciembre 07 de 2006

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