LA PRODUCCIÓN DEL CONOCIMIENTO Y LA ACCIÓN POLÍTICA
Hace tantos años que no puedo recordar escribí a una colega que me compartía uno de sus libros lo siguiente:
“Elsa,
me pusiste a cranear cuando me estaba sintiendo ahogar en un ambiente en el cual tratar de estos asuntos no puede causar mas que "aburrición" y de la mala.
Lo que sigue no es propiamente un comentario particular sobre tu libro tampoco una critica de sus contenidos. Simplemente algunas reflexiones o mejor "ocurrencias" que se me fueron viniendo a medida que avancé en su lectura. No sé en estas faenas del pensamiento utilizar un lenguaje "diplomático" y prefiero el caminar de los arrieros: mentando madres!. La exageración en verdad no es atributo metodológico exclusivo de los weberianos. Para muestra un botón.
Lograr y transmitir una visión completa, coherente, dialéctica no es asunto fácil para el investigador que enfrenta una realidad pletórica de contradicciones, un objeto de estudio que puede dar la impresión de una caprichosa superposición de paralelogramos de fuerzas y/o relaciones y frente al cual difícil es responder a la cuestión de ¿qué puede entenderse por determinaciones o condicionamientos inmanentes, endógenos, propios, nativos, y qué entender por los externos, exógenos, foráneos?. Este es el caso cuando al esfuerzo investigativo subyace el propósito de lograr una comprensión de los mecanismos y formas concretas de funcionamiento de las esferas de lo ECONÓMICO, LO SOCIAL y de -LO POLÍTICO en este país suramericano y en el conjunto de América Latina, en su movimiento e interrelación con el "resto" del planeta..
Cuando se habla de la necesidad de una acertada formulación de políticas científicas y tecnológicas de carácter endógeno como solución a la transferencia de tecnología, cuando se hace referencia al SUEÑO DE CONVERTIRNOS EN EL JAPÓN LATINOAMERICANO, cuando se plantea el deseo y la necesidad de comprender los mecanismos de dependencia tecnológica y científica que nos impiden hoy la autonomía en las decisiones internas de cada país, al proponer la generación de un modelo económico continental que nos "lance" hacia el futuro, cuando se confrontan los polos GUERRA y DESARROLLO, PAZ y CALIDAD DE VIDA, cuando se habla de las obligaciones o responsabilidades de "el" Estado,de la CRISIS DEL ESTADO, cuando en todo este contexto aparece siempre ya sea en forma explícita o bien en forma implícita el concepto de CULTURA, no se está haciendo otra cosa que enmarcar el objeto de conocimiento dentro de unos parámetros de delicado manejo cuales son los del SER y los del DEBER SER. De LO EXISTENTE, LO POSIBLE y LO DESEABLE.
Frente a una situación tal quien emprende tal esfuerzo de conocimiento seguramente ha de reconocer que el positivismo tradicional (permítase la expresión), agota sus posibilidades y manifiesta su incapacidad de aprehender racionalmente la realidad.
El discurso que se desarrolla como intento de teorizar las posibilidades y los limites de una propuesta de desarrollo científico y tecnológico endógenos, me ha parecido en lo que hace relación a la exposición del nivel propiamente económico, bien logrado y que cumple su función didáctica, no así la parte que hace relación con la esfera de lo político y más concretamente LO ESTATAL.
En el trabajo tal como lo pude leer, se hacen importantes referencias a fenómenos, hechos y procesó la de naturaleza político-estatal, que quedan como una especie de tentación para una más detallada y clarificadora comprensión y explicación de los mismos.
En efecto afirmaciones tales como "crecer y desarrollarse en medio de la guerra es el reto" quedan planteadas pero no aclaradas. Me explico: así como en relación con los conceptos de ciencia, tecnología, crecimiento, desarrollo, entre otros, se hace un tratamiento didáctico indiscutiblemente de utilidad para el estudiante universitario como destinatario principal del libro, también debería precederse a brindarle al lector elementos que le ayuden a la reflexión necesaria sobre proposiciones como la transcrita.
Al afirmar por ejemplo que SIN PAZ NO ES POSIBLE EL DESARROLLO, pueden surgir cuestionamientos con pleno respaldo en el conocimiento histórico: en la historia conocida la humanidad se ha desarrollado en forma nada insignificante a través de guerras, la producción de instrumentos de destrucción y sometimiento del "enemigo" ha constituido uno de los elementos más significativos en el desarrollo de la ciencia y de la tecnología. La contradicción dialéctica surge entonces de inmediato entre los polos GUERRA Y DESARROLLO. Aquí el pacifismo puro tiene que verse en dificultades al tener que reconocer lo que es el "hecho" puro. La dramatización brechtiana de Madre Coraje asalta de inmediato mi memoria. Pienso que es tiempo para generalizar y sacar de la esfera exclusiva de los polemólogos el tema de la guerra y de las instancias militares.
Cuando se plantea lo que tantas veces ha sido escrito de que "tal vez el más grande factor de nuestro atraso radica en la ausencia de autonomía en las decisiones de nuestros gobernantes como resultado de imposiciones de los mecanismos de presión externa (FMI-BM)" se hace otra invitación para cuya aceptación no se proporcionan los indispensables elementos teóricos. Estoy pensando en el conveniente acompañamiento de alguna explicación o problematización teórica al menos del problema del ESTADO NACIONAL, de la SOBERANÍA ESTATAL, que en lo posible parta de una superación de las tradicionales formas de fetichización del Estado.
Los elementos de discusión implicados en el contexto anterior son múltiples y requieren de especial esclarecimiento confrontándolos con la realidad. Menciono al menos una relación : Nación : Estado. Existe LA nación colombiana?; fuera de la existencia formal "consagrada" en las definiciones legales acerca de quién se debe entender o qué se debe entender bajo el termino NACIONAL COLOMBIANO (nacionalidad colombiana), me pregunto: este concepto, tiene existencia real, "sociológica, histórica, etnológica y/o antropológicamente" considerada ?. El analista debe cuidarse del empleo de términos, de conceptos, los cuales bien apreciados han sido impuestos y no nos hemos preocupado de buscar el concepto que en verdad corresponda a la realidad. .
El trabajo centenario de juristas, doctrinantes, etc. no ha sido en vano, y así constituya esto una confesión de parte de mi terquedad, vuelvo a recordar y a admirar la siguiente perla que por lo menos hay que aceptar es una interesante advertencia :
"Las relaciones de producción de los individuos que hasta ahora han venido dominando no tienen más remedio que manifestarse también en el plano de las relaciones políticas y jurídicas. Y, dentro del régimen de la división del trabajo, estas relaciones cobran necesariamente existencia sustantiva frente a los individuos. Todas las relaciones se pueden expresar en el lenguaje de los conceptos. Y el que estos conceptos y generalidades se hagan valer como potencias misteriosas es una consecuencia necesaria de la sustantivación de las relaciones reales y efectivas , de las que son expresión. Además de esta vigencia en la conciencia usual, dichas generalidades adquieren aun otra vigencia y desarrollo especiales por obra de los políticos y los juristas, a quienes la división del trabajo encomienda la misión de practicar el culto a estos conceptos, viendo en ellos, y no en las condiciones de la producción, el verdadero fundamento de todas las relaciones reales de la propiedad." (ME. La Ideología Alemana, pág.. 430, Ed. Pueblos Unidos.
Confesando mi continuado respeto por lo que ahora es moda llamar dinosaurios y ahora que he tocado a mis colegas abogados, y estando dentro del tema de la tecnología y la ciencia, me pregunto si alguno de ellos tiene la respuesta a la cuestión o pregunta de por SIENDO POSIBLE MATERIAL Y ECONÓMICAMENTE , incluso con mayores facilidades relativas que en los mismos países desarrollados, el utilizar una infraestructura bien apropiada desde el punto de vista tecnológico para la sistematización de la justicia y el manejo de la información en el nivel administrativo estatal, en la práctica se permanezca en un estado calificable de "edad de piedra" ?. Bueno, esto da para otra polémica que tiene que ver con el concepto de MODERNIZACIÓN DEL ESTADO cuya sustantivización, su materialización, no se hace posible en Colombia no precisamente por causas "exógenas", y de ello no me quiero ocupar ahora.
El concepto CRISIS DEL ESTADO, que ya cité al comenzar estas divagaciones, merece tratamiento aparte y eso será en otra oportunidad.
Fraternalmente,
Guillermo
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