martes, 27 de enero de 2009

RESCATANDO MEMORIA (2)






Risaralda, apuntes sobre la llamada sociedad civil y el conflicto armado


Guillermo Aníbal Gärtner Tobón

Profesor Asistente Universidad Tecnológica de Pereira


En alguna de sus conferencias expresó Daniel Pecaut que "Es fundamental que los colombianos puedan integrar su experiencia pasada y presente en una historia colectivamente aceptada. No puede existir espacio público -esto lo resalto y lo digo con toda la espaciedad- si no se han elaborado puntos de referencia comunes", Afirmación que contrasta con nuestra percepción de cómo los puntos de referencia comunes del pueblo colombiano siguen siendo Higuita o el derriere de la reina que triunfó en Cartagena, pero no otras cosas.


Nos hacen falta esos puntos de referencia comunes, no identificamos nuestra propia historia y es así como veo a mis congéneres tan despistados diciendo en relación con el conflicto armado interno que ahora sí nos está llegando el problema a la región. Dizque ahora sí nos está llegando, entonces, yo me pregunto ¿cuándo no ha estado?.


Se nos olvida que en este región tuvimos los primeros enclaves del narcotráfico y de relación de la exportación de las matas de la dicha o de la estupefacción o de la excitación se hicieron desde aquí, de Pereira, que los primeros grandes envíos de coca a los Estados Unidos cuando empezaron a hacerlo desde una lógica comercial capitalista iban desde aquí en pelotas de ping pong, entre los bultos de café. ¡Por Dios! No nos digamos mentiras, en este cuento hemos estado desde el comienzo. Tenemos el pecado original muy bien marcado, nadie nos ha liberado de ello.


Cuando las FARC en 1964 a raíz de los bombardeos a Marquetalia inicia la conversión de un movimiento que era de autodefensa campesina hacia una guerrilla móvil y base de o para un ejercito popular y se desplaza pasando por Planadas y por las proximidades de la Laguna del Otún para pasar a Antioquia, fue aquí en Pereira donde se conformaron los primeros núcleos de autodefensa (así se denominaron) para darle apoyo en esa movilización, pero no, hay quienes creen que dizque apenas nos está llegando el problema...


Es evidente que somos hipócritas. Manejamos una doble moral y mientras no nos reconozcamos en nuestra historia concreta, con nuestras responsabilidades concretas, no podemos salir adelante. No hemos elaborado nuestras historias. Y uno puedo apreciar en el ámbito familiar, de los amigos y conocidos (que no los estoy demonizando) gentes ya hechos unos viejitos rechonchitos, canositos, jugando billar, con unas pieles muy rosaditas, tomando chocolate con canela y un buen pandebono todos los días; pero, muy preocupados por la pérdida de valores, por que la juventud ya no cree en nada, porque esto se está descomponiendo dando así la impresión de estar atacados por amnesia en relación a su propio pasado de violencias.



Santa Rosa de Cabal, enero 25 de 2002


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