jueves, 8 de julio de 2010

CABALLERO Y GONGORA CONCEPTO ANTI-DROGA

 

El tiempo pasa y la bobera queda :)

 

 

 

No recuerdo fecha, simplemente fue hace un buen rato:

 

 

 

Caballero y Góngora, y la amapola

GUILLERMO ANÍBAL GARTNER TOBON (*)

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Por esas co­incidencias de la vida se unieron en mi mente en las horas de la mañana dos pensamientos que, no obs­tante estar temporal­mente sepa­rados por no menos de dos siglos y otros tantos lustros, presentan algo en común sobre algunos conceptos referidos a la conducta humana y cuyo entendimiento puede resultar tan complejo que por lo común se evita asumirlos conscientemente: DELITO -DROGAS - SALUD PUBLICA - LI­BERTAD INDIVIDUAL - PODER PUNITIVO DEL ESTADO.

El primer pensamiento, idea o concepto, fue el del Dr. Federico Estrada Vélez (QEPD) cuando presentó la ponencia del proyecto de código penal en el año de 1978 y el otro se contiene en la versión escrita que el Instituto Colombia­no de Cultura en el año de 1981 publicó de la recopilación que Juan Friede hizo de los documen­tos de la Rebelión Comunera, concretamente, en la Pastoral del Arzobispo Virrey Caballero y Góngora de septiembre de 1782.

Hablando de las Institucio­nes penales y la criminalidad, el jurista antioqueño dijo refirién­dose a la ineficacia del llamado principio de la prevención gene­ral, entre otras cosas que ameri­tan relectura y reflexión, que: «...el hombre no se abstiene de cometer actos punibles por te­mor al castigo, sino por exigen­cias de su conciencia».

Dijo en su pastoral de 1782, el Virrey-Arzobispo: «...no queremos ahora mandaros y prohi­biros como Virrey, sino aconse­jaros como padre, que os prohi­báis a vosotros mismos y os abs­tengáis voluntariamente del uso ' de aquel privilegio y franqueza que solicitasteis con tanto empe­ño para poder cultivar y comer­ciar con libertad el tabaco en todos vuestros pueblos».

Resalta la coincidencia de los dos pensamientos o expre­siones en tanto a constituir un llamado a la CONCIENCIA antes que al SENTIMIENTO DE MIE­DO. Reconocimiento de la inu­tilidad de la represión o violencia por más «legítima», conveniente y hasta justificable, que sea o que parezca. Esto me hizo recordar con Bertoldo Brecht, que bajo el imperio de los mataderos, los cri­minales no temen al frío porque viven en él,... y de él.

Pero el asunto no paró allí para mis alborotadas serpenti­nas cerebrales, pues no fui capaz de impedir la invasión de mi Espíritu por la pecaminosa, carbonienta, sutilmente perversa y refinadamente bellacona, idea de jugar con el comando «encontrar y reemplazar» (find and replace) y cambiar en el discurso de Ca­ballero y Góngora, la palabra TA­BACO por COCA, MARIHUANA, y/o AMAPOLA. Las aguas fluyen en el río pero el río queda, y no­sotros seguimos sumergidos en la misma vaina incapaces que no impotentes para salir del char­co. (*)

Profesor de Humanida­des, UTR

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