El siguiente es un artículo que con el mismo título de este apunte publicó LA TARDE en fecha que no recuerdo durante el gobierno de Samper. Lo escrito entonces puede suscribirse hoy y nada cambia excepción de las gafas que usaba entonces:
Educación y/o guerra
GUILLERMO ANÍBAL GÄRTNER TOBON
La llamada «perversión constitucional» ha llegado a tal grado de «perfección-cínica» que la Carta del 91, fundante de un estado obligado a la construcción de la paz, se presenta ahora como una carta más en el juego de unos gobernantes decididos a hacerle el juego al míster vendedor de baratijas letales antes que al anhelo de millones de colombianos de tener un listado seguro y garante de unas formas de vida de calidad tal que ni el terror ni la incertidumbre tengan cabida.
El artículo 350 que habla de legitimidad
o constitucionalidad del abandono de los deberes sociales del Estado cuando de rendirles culto a los dioses de la guerra se trata, ha servido de base para que el Dr. Juan Carlos Ramírez, responsable de la oficina de Planeación Nacional, recientemente y Constitución en mano, confesara ante los miembros de la Comisión Especial para el Desarrollo de la Educación, que dentro de los planes de desarrollo del actual régimen no estaba la educación, sino la guerra como punto de especial atención.
La confesión de la vocación mambrusiana del régimen en su versión samperina no puede tomarse como un desliz de lengua ejecutivo-ministerial, sino como expresión verbal de lo que en la vida cotidiana se siente: adiós a los libros y bienvenida a las armas. Esto sucede y ha sucedido en la historia con más frecuencia de la que pueda uno imaginarse.
Frente a los hechos que bien pueden señalarse como embestida contra la educación pública, por no decir que estocada final, me parece que se justifica desde la academia ocuparse del tema de LO MILITAR, en otras palabras ocuparse de LA GUERRA.
Un primer ejercicio en esa dirección podría realizarse pensando en torno al llamado PRINCIPIO DEL OBJETIVO (principio militar básico); ¿cuál de las dos esferas enfrentadas: EDUCACIÓN Y GUERRA, presenta las mejores posibilidades en cumplimiento a los supuestos implícitos en la noción de un OBJETIVO ACCESIBLE, ADECUADO Y DECISIVO? La misión de la educación FORMAR AL COLOMBIANO EN EL RESPETO A LOS DERECHOS HUMANOS, A LA PAZ Y A LA DEMOCRACIA se ve ahora, mucho más que en tiempos anteriores, enfrentada con la misión que a las armas se le han impuesto en este país: cumplir las órdenes de los mandos del imperio y aislar o aniquilar a los colombianos presas del descontento y acosados por las más elementales exigencias existenciales: alimentación, salud, vivienda, etc.
Vistas así las cosas, a vuelo de pájaro, el régimen es en cada momento más y más agresivo y vulgar en la vulneración de la Constitución de la cual se autodenomina defensor o abanderado. La Corte Constitucional se está quedando corta, lerda, en cumplir con lo que se supone su deber: «LA GUARDA DE LA INTEGRIDAD Y LA PRIMACÍA DE LA CONSTITUCIÓN».
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